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Todas las reseñas
del Festival de Jerez
Baile: Antonio el Pipa, Lola Greco. Cante:
Enrique el Extremeño, Manuel Tañe, Miguel Rosendo,
Felipa del Moreno. Guitarra: Pascual de Lorca,
Juan Moneo. Violín: Alexis Lefébre.
Saxo y clarinete turco: Nacho Gil. Percusión:
Sudhanva Rajapogal. Música: David Peña
Dorantes.
El primer espectáculo del Teatro Villamarta dentro
del VIII Festival de Jerez corría al cargo del bailaor jerezano
que más identifica a esta flamenquísima ciudad hoy
en día. Antonio el Pipa vino a estrenar su obra “Pasión
y ley” con unas colaboraciones muy importantes, notablemente
las del pianista compositor Dorantes, y de la bailarina bailaora
para todo, Lola Greco.
La palabra “obra”, cuando hoy en día es aplicada
al flamenco, le pone a cualquiera a temblar, y una servidora en
concreto sufre las complicaciones adicionales de la desorientación
generalizada y picores psicosomáticos. Pero bueno, aprendes
a vivir con tus limitaciones y sabes que es totalmente desaconsejado
leer el libreto o buscar el hilo argumental.
Su sonrisa irónica nos desafía
a apartar la vista por un solo instante.
Entonces contemplando “Pasión y ley” desde un
punto de vista puramente artístico, difícilmente se
encuentra ninguna pega. Ver bailar a Lola Greco es ascender un nivel
en lo que es comprender el cuerpo humano como vehículo de
expresión. Sus largos brazos y piernas cometen hermosas imposibilidades,
su torso liga los movimientos y sus ojos, enormes incluso vistos
desde el anfiteatro, parecen delatar que ni ella misma cree que
las extremidades sean capaces de expresar tanto. María José
Franco, mujer joven y femenina con aires bailaores de gitana vieja
nunca tiene desperdicio. El cantaor Enrique Extremeño sigue
sacando provecho de su contacto con Utrera donde lleva años
viviendo y canta por soleá para Antonio el Pipa con toda
la responsabilidad del que canta p’alante, añadiendo
además su faceta de actor para el deleite general. Juana
la del Pipa derrocha su voz enjundiosa y su personalidad, y a El
Pipa le basta y le sobra con imitarse a sí mismo. Antonio
es el bailaor que a todo el mundo le encanta criticar, y que encanta
a todo el mundo. “Siempre hace lo mismo”, “movimientos
de mal gusto o poco aptos”, “guiña el ojo y lanza
besitos al público”. Sí sí, pero el aforo
siempre se completa, su baile siempre fascina y su sonrisa irónica
nos desafía a apartar la vista por un solo instante.
El deseo de decir mucho se ve complicado
por un exceso de buenas intenciones
Entre martinete, tangos, rondeñas, soleá, farruca
y bulerías, algunos detalles visuales se imponen. Una enorme
butaca roja de alas de mariposa que El Extremeño emplea como
trono, una escultura misteriosa que sirve de fondo y un curioso
vestido de colores chillones y frunces mil que luce la Franco para
la duración, y que podría servir de metáfora
para esta obra: el deseo de decir mucho se ve complicado por un
exceso de buenas intenciones.
Todo
parece volver al cauce con la bulería final, el trillado
fin de fiesta que nosotros mismos del público exigimos porque
si no, parece que no hemos visto bailar flamenco, porque más
que el vino o los caballos es el producto jerezano por antonomasia
y porque vaya, estamos en Jerez. Y piensas “¿a qué
viene tanta obra?…si no pudieron mejorar el sabor de la Coca Cola
clásica ¿porqué querer reinventar el sabor
de esta tierra?” Pero somos comprensivos. Para que haya un
fin de fiesta, tiene que existir….la “obra”.
Después de la presentación en el Villamarta, esta
primera jornada quedó más que redonda con el recital
de cante de Carmen Linares y Juan Carlos Romero en la Bodega Los
Apóstoles de González Byass dentro del ciclo Café
Cantante.
Fotografía y texto : Estela
Zatania
Programación
Teatro Villamarta
De Peña en Peña:
Trasnoches, De Peñas, Peña
de Guardia
Otros ciclos
de espectáculos (Gloria Pura,
Bordón y cuenta nueva, De la Frontera, Café Cantante,
Sólos en Compañía)
Actividades
complementarias
Área
Formativa y Talleres