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“Vida Breve” – Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
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ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, bajo la dirección de Pedro Halffter y las voces de Nancy Fabiola Herrera, Marina Pardo, Simón Orfila, Vicente Ombuena, Alfredo García, Gustavo Peña y Aurora Gómez. Cante: José Mercé. Guitarra: Moraíto. Baile: Lola Greco, Francisco Velasco. Coro Nacional de España bajo la dirección de Mireia Barrera. Libreto: Carlos Fernández Shaw. Texto: Estela Zatania Ojalá fuera así de fácil. Ojalá el hecho de combinar elementos grandes fuera garantía de un resultado todavía superior. Sobre esa falsa premisa se ha construido gran parte del dudoso género conocido como “fusión”, que con algunos éxitos puntuales, ha llegado a conformar un sub-género del flamenco que el gran público ha aceptado como sustituto del flamenco. El concepto de mezclar una voz jonda con una orquesta sinfónica tiene su indudable atractivo. De haberlo hecho con éxito, hubiera sido una importante noticia dentro del mundo de la música, aunque sólo fuera por la ansiada “dignificación” del flamenco que tanto se comenta actualmente, y que da a entender que no es un arte digno de por sí. No es la primera vez que un cantaor o cantaora haya colaborado con una formación dedicada a la música culta, pero tampoco es lo mismo colocar a un flamenco para cantar lo del “fuego fatuo”, que meter con calzador a un José Mercé, en todo su esplendor jondo por soleá y por siguiriyas, en medio de mezzosopranos y tenores. Y qué difícil lo ponen para el público; los aficionados al cante no suelen ser aficionados a la ópera clásica, y viceversa, así que los aplausos respondieron en función de la preferencia de cada uno. Sin tener formación alguna para opinar siquiera, me consta al menos que la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y el Coro Nacional de España, además de los solistas de cada grupo, han cumplido profesional y sobradamente con sendas misiones musicales. Los responsables de la presentación han investigado y se han esforzado para “acercarse lo más posible a la concepción original de Falla” según había explicado Pedro Halffter, director artístico y musical de la Sinfónica, en rueda de prensa. No sé qué flamenco conocería el gaditano cuando compuso su famosa obra, pero una voz como la de Mercé, y una guitarra como la de Moraíto, seguro que no existían en 1913 cuando se estrenó La Vida Breve en Francia. Más verosímil fue el baile de la maravillosa Lola Greco a dúo con Francisco Velasco para el tema más representativo de la obra, una composición que ha sido coreografiada infinidad de veces por compañías de baile español debido a sus llamativas melodías y compás bailable. Observaciones: 1) El público reservó su mayor ovación para la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera, y la segunda más grande, para los muchachos de Santiago. 2) A pesar de tener que competir con varias docenas de instrumentos, los cantantes clásicos no emplearon amplificación. José Mercé y Moraíto, sí. El flamenco, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones, es un conjunto de rasgos –más clásicos, más contemporáneos, tanto da– que dan lugar a una estética específica. Excepto por las breves intervenciones de cante y baile, aquella estética está ausente en esta producción, y ni al cocinero maestro Ferrán Adriá se le hubiera ocurrido servir semejante mezcla de ingredientes como la que vimos anoche en el Teatro de la Maestranza.
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