Víctor Monge Serranito. La guitarra en el altar

Homenaje a Serranito

Homenaje a Serranito

El mundo flamenco se rinde ante Serranito, pionero de la guitarra de concierto que en los años setenta formó con Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar un triunvirato que impulsó al instrumento a sonoridades desconocidas      

José Manuel Gómez Gufi

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El mundo de la guitarra se volcó en el homenaje a Víctor Monge Serranito. “Tengo unos nervios que no me los merezco” dijo antes de interpretar  una taranta en solitario.

Y empezaron a llegar guitarristas que han tenido que ver en su carrera. Abrió el fuego Oscar Herrero acompañado por su hijo. ¿Quién se iba a imaginar el día de su bautizo que iba a estar aquí? No fue la única confidencia a una vida compartida en la guitarra y en una profesión en el que se cuentan los amigos a docenas. Serranito se hace querer, si preguntas por él te repetirán: “es un caballero” y además mantiene un karma maravilloso: “Todos los guitarristas por modestos que sean tienen algo que ofrecer”. 

Siguió Pepe Habichuela con su magisterio habitual y se le añadió Rocío Díaz que cantó unos fandangos que había concluido por la mañana y así cantó al barrio de Chamberí donde nació el maestro. A continuación apareció Rafael Riqueni y entonces sentimos algo curioso que sería una constante durante toda la noche, daba la sensación de que todos los guitarristas habían dejado de lado sus fortalezas para “ponerse serranos y/o serranitos” y rendir un homenaje al maestro influyente, al genio creador, al pionero, al que reivindicó la guitarra de concierto cuando estaba en el Café de Chinitas en los años sesenta y que abrió el camino para que se formara un triunvirato con Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar que cambió el curso de la historia de la guitarra. José Manuel Gamboa condujo el acto, no se pierdan su biografía “Víctor Monge Serranito, el guitarrista de guitarristas”.

Y apareció la escuela de Caño Roto liderada por El Entri que reunió a cuatro generaciones (incluido Jesús de Rosario) para hacer un ejercicio que  el propio Víctor aclaró que tenía su precedente en el Café de Chinitas cuando reunía a todos los guitarristas para ofrecer un número más espectacular.  

Ni el flamenco ni la música española tiene unos premios para darse las enhorabuenas. Y además nuestra memoria, nuestro orgullo y nuestro futuro queda en manos de hispanistas que siempre vienen del extranjero. Así las cosas, no se entiende que este tipo de homenajes no los organice el ministerio de Cultura y queden en las benditas manos privadas del Teatro Flamenco Madrid su director gerente Javier Andrade destacó que el personal del teatro se había volcado en que la gala fuera Hollywood, poco después guitarras Ramírez -a la que Víctor Monge ha estado ligado durante su carrera- le ofreció una copia de la joya familiar, una guitarra en oro de ley.

Siguió Kilino Jiménez, que luego acompañó a Ingueta Rubio por los fandangos de su abuelo. Turno para Eva Durán y para José Carlos Gómez tras interpretar sus bulerías «Irenea» acompañó por seguiriyas a un entonadísimo David Pino. Serranito interpretó “Romance para un poeta” en un formato de dos guitarras y cello y por el video aparecieron guitarristas como JM Cañizares y JA Rodríguez que reiteraron sus prodigios técnicos y humanos. Estábamos a las tantas y sonó un cataclismo, un algo infernal extraflamenco interpretado desde el público. Era Manuel Seoane, guitarrista de la penúltima hornada del heavy español  (Lujuria y Mago de Oz) que confesó que primero conoció al hombre y luego al músico. “¡Qué cabrón! ¡Cómo toca ese tío! Hay muchos  guitarristas heavys que escuchan a Serranito para aprender”. Vicente Soto “Sordera” recordó su primer disco con Serranito y fue acompañado por  Pepe Habichuela en la soleá por bulerías. José María Bandera pareció más moderno (por abstracto) que tocando hace unas semanas por Paco de Lucía y Gerardo Núñez pareció deconstruir su propio discurso (prodigioso en técnica, sentimiento y dinámica) para acercarse a Serranito que concluyó a las tantas interpretando una melodía para arpa paraguaya para trío de guitarras con Javier Conde y Mario Parrana. Con casi todos los artistas sobre el escenario el homenajeado demostró saber y sabor para su pataita por bulerías en la que fue flanqueado por el legendario Toni El Pelao. Una noche extraordinaria que inaugura los domingos flamencos.

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