José Manuel Gómez GUFI
Foto: R. Fornos
Vicente Amigo, guitarra. Añil Fernández, guitarra. Rafael de Utrera, cante.
Paquito Gónzalez, percusión Orchestre Simfonica Harmonium, dirigida por Aziz El Acchab.
Fez Marruecos. 20/05/2017
“Bonito e innecesario”
¿Vicente Amigo con una orquesta marroquí en el festival de músicas sagradas de Fez? Inconscientemente uno se va a las grabaciones del Lebrijano o al primer gran éxito de Vicente con El Pele “Vengo del moro”. Ni una cosa ni la otra. Una orquesta Sinfónica a la europea en un espacio, Bab Makina, aparentemente lujoso, un lugar que se puede convertir en una tortura para el espectador dependiendo de dónde te sientes y cómo se porten tus vecinos.
Si la cosa va bien, y están atentos a lo que ocurre en el escenario, ves el concierto en las pantallas de sus móviles, por cierto con una nitidez envidiable. Si se aburren pueden atender llamadas y video llamadas sin ningún escrúpulo.
Salió Vicente a tocar a pelo jugando con melodías y abstracciones que parecían citar al concierto de Aranjuez y arrancando ovaciones intermitentes en los golpes de furia, algo a lo que el público local parece muy sensible como si estuviera más atentos al petardo que a los fuegos artificiales. Vicente es un portento en la técnica, en la dinámica y en su concepción armónica, quizá por eso me siento incapaz de memorizar las composiciones de su disco más reciente “Memoria de los sentidos” en el que merece la pena sumergirse sin prejuicios. Así que escucharlo junto a otro guitarrista flamenco puede ser tortuoso. “Ese picao lo hizo Paco” y…eso “también”. El lector ya sabe que a Paco de Lucía le han intentado copiar hasta los silencios que ya son ganas de copiar, y así está el batallón de portentos de la guitarra sin faro que ilumine el camino. Además Paco ofreció uno de sus últimos conciertos en ese mismo escenario.
“Es la primera vez que toco en esta ciudad y espero que no sea la última” dijo Vicente a modo de presentación, el día anterior había dejado plantados a los periodistas españoles desplazados al festival por que se había quedado poco satisfecho del ensayo con la orquesta.
Así es Vicente tiene un humor peculiar y se mostró particularmente distendido en la primera parte del concierto que compartió en cuarteto con la voz cantante de Rafael de Utrera. Tras la primera parte desaparecieron hacia los camerinos y entró la orquesta. Ahí desaparecieron las sonrisas.
Los flamencos y las orquestas sinfónicas son como los pantalones campana, hay personas a las que les sienta bien durante una época determinada, un ratito, luego toca renovar el ajuar. Vicente Amigo resolvió la papeleta de una obra que ha presentado en España de forma intermitente con textos de Rafael Alberti.
Como dice Eduardo Punset “la música sirve para algo, lo demás para casi nada” y el concierto de Vicente Amigo con la sinfónica tuvo sus momentos de brillantez, siempre suena algo enriquecedor para el oyente pero el cronista se queda con la sensación de que no merecía la pena irse hasta Fez para escucharlo.
Horas antes la cantante y actriz Claire Zalamansk presentó “la petenera” en un palacio Andalusi con canciones recuperadas por Lorca y canciones sefarditas en un entorno de lujo. Una decepción comparada con la aventura de que un taxista te abandone a tu suerte en un extremo de la Medina y te cruces la medina en un viaje alucinante.