VI festival de flamenco de solidarios.

 

VI Festival de Flamenco
de Solidarios

Viernes, 10 de octubre, 2003,

Palacio de Congresos de Madrid

Flamenco por los sin techo

Flamenco para todos los gustos para el sexto festival
flamenco que organiza la ONG Solidarios para el Desarrollo
y que en esta edición destinaba los beneficios del
concierto al programa de atención a personas sin hogar.

Los artistas desinteresadamente dieron lo mejor de su arte
en este recital, que también tuvo una masiva respuesta
del público. Prácticamente llenó el nuevo
recinto elegido para la ocasión para incrementar el
aforo, el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid.

Paco del Pozo hace
gala de su gusto por la pureza

Con entrega salió al escenario el cantaor Paco del
Pozo. Empezó por tonás cantando con jondura,
peleando con contundencia los tercios. El jóven madrileño
que recientemente ha sacado su primer disco al mercado, hace
gala de su gusto por la pureza y así lo demostró
por seguiriyas muy bien acompañado por el guitarrista
Felipe Maya. Cantó también por alegrías
y destacó en el último estilo que interpretó
el cante de las minas, recordar que ha ganado una Lámpara
Minera de la Unión.

Dorantes fue el encargado de demostrar que el piano también
puede sonar muy flamenco. Tras una demostración de
su virtuosismo en solitario con su instrumento, acompañó
el cante de Esperanza Fernández. Con la voz versátil
y repleta de facultades de la sevillana, el dúo hace
temas tan bellos como «Di Ana». También cantó
Esperanza por soleá para acabar por sus bulerías,
siempre tan flamencas.

El Cabrero conecta
siempre con el público

Tras el descanso salió al escenario el Cabrero. Este
peculiar cantaor con gran naturalidad realiza cada uno de
los estilos en la mayoría de las ocasiones con letras
propias de contenido social: contra la guerra o a favor de
la libertad como la de «sí sale un cura gay a
nadie le tiene que importar» como cantó por fandangos.
Interpretó numerosos cantes: soleá, seguiriya,
un soneto de Alberto Cortez por bulerías, malagueñas,
toná… Cierto es que el Cabrero conecta siempre con
el público que le pedía más temas, pero
en tales festivales, en los que hay un elenco de artistas
lo conveniente es que cada uno ponga su granito de arena,
ya que detrás vienen otros artistas y no todos los
espectadores tienen predilección por el mismo, y además
se echa la hora encima. Aunque lo importante es que el Cabrero
lo hizo de buena fe, teniendo en cuenta las características
de este concierto.

Farruquito…fuerza,
elegancia, templanza, jondura…

El
remate lo puso el baile farruquero. Por soleá fue saliendo
cada uno de los miembros bailaores de la saga: empezó
Barullo, luego continúo Farru y para culminar Farruquito.
Todos con el sello propio de la familia y cada uno con su rasgo
personal. Fuerza, elegancia, templanza, jondura…Todo se mezcla
en el baile de Farruquito y su gente, que logran que se disfrute
a lo grande de su forma de expresar el baile flamenco masculino.
Si Farruquito lleva la batuta con ese baile lleno de belleza,
registros y flamencura, su hermano y su primo no se quedan cortos.
Bailando por bulerías el trío pone el final apoteósico.

Para acabar hubo fin de fiesta, Dorantes al piano, Esperanza
Fernández al cante y Farruquito y familia al baile.
Entrega total de los artistas y del público para este
espectáculo de flamenco de solidarios.

 

 

 

 

 

 

Texto : Sonia
Martínez Pariente

 



 

 



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