Granada |
13 Agosto: Juan Carmona Habichuela “nieto” (guitarra). Baile: Luis de Luis Texto y fotos: Antonio Conde. El mejor regalo que puede recibir un artista es el calor del público. Aunque son bien recibidos los demás, sean del tipo que sea. Que sorpresa nos llevamos todos los presentes cuando al actuante de la noche del miércoles, el joven guitarrista Juan Carmona “Habichuela” nieto le obsequiaron con una sonanta de constructor Pepe López. Pero la sorpresa no era tal y como la cuento, la sorpresa es quién tuvo el honor de entregársela. Nada que menos que su abuelo Juan Carmona Habichuela. El genial artista le dio la alternativa a su descendiente con esta entrega y le faltó tiempo para estrenarla y dejarnos disfrutar de su sonido y de su toque.
El jovencísimo Habichuela deleitó con armonías en forma de granaínas que evidenciaban los restos de morería y olores andalusíes que todavía se respiran en el albaicín. Para la guajira siguiente demostró la hegemonía armónica y el toque vanguardista que se escucha en los jóvenes sonanteros, con una personalidad que dará que hablar en breve. El eco del violín de Maya se dejó caer en un zapateado cargado de escalas y picados. Su puesta de largo fue clamorosamente bien recibida por el lleno que no quiso faltar a la cita. María Toledo fue la que, con su voz, acompañó en las alegrías a Juan. Voz dulce y redonda con sentimiento. Para las bulerías que cerraron su actuación imprimió un toque en exceso cargado de armonías que quitaron algo de fuerza a este palo. La gran espectación que generó el pasar por este ciclo flamenco se vió recompensada por el magistral toque de una nueva promesa que cabalga a pasos agigantados en el hipódromo del flamenco. Intensa segunda parte en formato baile a cargo de Luís de Luís. El martinete taranto con final largo de tangos nos mostró a un bailaor que aunque suelto y con entrega no pasó de eso. Comprometido, intentó transmitir, pero faltó un toque de sofisticación en su argumento. Farruca en el sólo de guitarra que dejó tiempo para el cambio de tercio por seguiriyas. De nuevo mucha entrega, pero falto de contenido su trabajo. Quizás el fallo estuvo más en la elección del montaje que el baile en sí. Dejó claro que su baile está ahí pero no encontró la forma de sacarlo. Esto mismo ocurrió en la soleá por bulerías y bulerías, aunque aquí se creció y lo dió todo para dejar regusto.
Vale su peso en oro. Edu Lozano siempre sorprende. Su baile es transgesor, sus contoneos de cintura y rodillas son flamenquísimos, y del resto es todo pureza. Continuos desplantes en las bulerías, mucha fuerza y cargadas de poder. Para las seguiriyas se tranquilizó , reposó su figura, su expresión corporal se solapó con la tristeza del toque y desprendió aromas de tragedia. El final por tangos lo compartió con Estefania Cuevas, cortejándola y imprimiendo un sello señorial. Cuevas se asoció con el taranto y los tangos con gracia y elegancia. Sín olvidar las formas puso su baile en una posición elevada. El fín de fiesta del ciclo “Los veranos del Corral” estuvo cargado de todo. En uno de sus mejores momentos, es una de las figuras del baile granadino con mayúsculas. Premiada con el galardón máximo que otorga el Festival Internacional de Cante de La Unión, el trofeo “Desplante” en 2003, su carrera profesional se encuentra in crescendo. El eco de un granadino de bandera sonó en el cante de Manuel Osuna. Una larga serie de fandangos dieron muestras del buen cante. Las guitarras de Miguel Iglesias Y David Carmona se pelearon por acompañarle una y otra vez, y no es para menos. Se suman al cante Miguel Lavi y “El Galli” en la soleá que regaló Fuensanta La Moneta. La dramaturgia de su baile inquieta. Es viejo, cargado de expresión, y gusta. Es puro hasta las entrañas. Es de esas artistas que dan veracidad a su baile. No queda en una coreografía aprendida. Siente lo que hace y se nota. Es pura energía. Deleite de David Carmona con taranta, que da paso al cambio de look de La Moneta que se adentra en el mundo de la farruca. Y otra vez dramaturgia hasta el extremo. Sus gestos dan hasta miedo cuando mira hacia delante. Es la rabia contenida en sus venas que se desprende en sus pies, en sus brazos y sale para llegar. Malagueñas que dan merecido descanso a la granadina que vuelve con tragedia, esta vez en seguiriyas. Portentosa y radiante rasgó las vestiduras de quienes la disfrutaron. Calurosos y merecidos gestos del público. Y no es para menos. El baile de Fuensanta La Moneta se escribe con Mayúsculas.
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