Guitarra en concierto: Tomatito
Cante: Paco del Pozo, con Antonio Carrión
Baile: Alfonso Losa
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FLAMENCO PA TóS 9
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La guitarra de Tomatito se va templando por bulerías que coquetean con el jazz, transportando la sexta se pasea por el laberinto luminoso de la rondeña y desemboca, con fuerza, en el compás endiablado de las bulerías clásicas. Unas bulerías que en las manos del guitarrista almeriense son trallazos de puro escalofrío. El alzapúa vertiginoso, el rasgueado redondo, los poderosos picados y su aparente facilidad, hacen de las bulerías del Tomate su plato fuerte y sin rival. Después se relaja en la taranta, con un toque dulce y brillante donde es fácil imaginarse los metales de las galerías. Para terminar su actuación acompañando el cante racial de sus soldados en una tanda larga de tangos y bulerías. Acompañando se siente a gusto, disfruta con sus bordonazos y nos hace disfrutar a todos. Salió después, con muchas ganas, Paco del Pozo, hondo y caudaloso. Acompañado por la guitarra, también profunda, de Antonio Carrión, nos regaló Paco un recital que guardaremos para siempre en la memoria. La malagueña, para abrir boca, y unos caracoles deliciosos fueron el aperitivo de una soleá que pocas veces hemos escuchado con tanta solvencia y con tanto duende. Estaba con ganas, insisto, el madrileño y el público se entregó sin condiciones. Y Paco, como un toro que se crece en la pelea, magistralmente llevado por el toque de Carrión, abordó después los tientos y los tangos con absoluta entrega y con rotunda flamencura. Bregando y recreándose en la faena terminó por bulerías, de pie, sin altavoces, en un alarde de generosidad que provocó la apoteosis del respetable. Este cantaor, sin duda, está llamado a ser uno de los más grandes. Por su voz y su persona. Para cerrar la noche, un bailaor que ha sido reciente Premio Nacional de Córdoba y que baila con tal fuerza que rompe los tacones: Alfonso Losa. Ejecutó con maestría un baile por fandangos y otro, más sereno, por soleá. Tiene Alfonso una manera singular de moverse, de engarzar sus filigranas y de rematar en un desplante vertiginoso y fugaz. Su baile poderoso provocó el entusiasmo del público que despidió su trabajo con una cerrada ovación. click para ampliar.
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