Tomatito en el Teatro de la Zarzuela – Madrid

 

3 de Febrero
de 2002.
TOMATITO

«El Toque»

Teatro de la Zarzuela.
Madrid

Dulce y jondo paseo

José Fernández Torres Tomatito fue el encargado
de cerrar el ciclo «Tres tardes de flamenco» del teatro de la Zarzuela.
Hubo, baile, hubo cante y por último hubo guitarra y una de las
más flamencas que existen en la actualidad que es la del almeriense.
Tomatito interpretó varios de los temas de su último disco «Paseo
de los Castaños». Un trabajo en el que con sus composiciones, ha
retornado a sus orígenes y ha tendido más a la pureza, que no ha
abandonado nunca, pero tras su andadura musical con Michel Camilo
su toque se fusionaba de forma más patente con los ritmos del jazz.

Comenzó en solitario con una Taranta, su
toque es muy limpio y muy jondo, inteligible y posee una gran capacidad
de transmisión que consigue emocionar. Posteriormente y paulatinamente
su guitarra se fue mezclando con los instrumentos y las voces del
resto del grupo que le acompañaba. Interpretó una
alegría con palmas y cajón y una bulería de
vertigo que bordó y que obtuvo el mayor reconocimiento de
los espectadores.

Los tangos los interpretó con su banda al
completo, Bernardo Parrilla al violín, «Piraña»
a la percusión, al bajo Diego Amador, al cante Antonio Carmona
«Ingueta» y a las palmas el bailaor Joselito Fernández.
La compenetración con el resto de sus músicos es perfecta,
nos encontrábamos ante un elenco de raza, pues todos ellos
eran gitanos, cada uno de ellos son sobresalientes en lo suyo y
desarrollaron un verdadero trabajo en equipo.

Tras una minera por bulerías, Tomatito ejecutó
unos tangos argentinos en perfecta armonía con el violín
de Parrilla, que estuvo brillante y resultó un tema de gran
belleza y el más lucido de todos, por lo que ambos fueron
muy aplaudidos.

El canté corrió a cargo del Ingueta
que ejecuta unos matices interesantes y que se turnó con
el Churri, Diego Amador que además de tocar el bajo demostró,
que posee una voz muy flamenquita.El baile llegó con la soleá
donde Joselillo Fernández desarrolló un baile muy
sobrio.

La rumba final, un deleite de ritmo, terminó
de constatar una de las características de este concierto,
la presencia de un grupo de enorme calidad presidido por el toque
de Tomatito, que nos hace sentir notablemente este arte.

Una actuación, que de lo flamenca y sencilla
que resultó, parecía que durante ella los músicos
apenas se esforzaban. El público que siempre se vuelca con
el guitarrista pidió que los artistas salieran de nuevo y
Tomate se arrancó por bulerías y Joselito se dio una
ultima patadita. El toque de Tomatito se muestra maduro, lleno de
jondura y frescura a la vez y a pesar de que la temprana hora del
concierto ( las seis de la tarde), quitaba de la siesta del domingo,
seguro que a cualquiera de los presentes lo cambió gustoso
por este agradable paseo por los acordes de esta guitarra.

 



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