Tino Van Der Sman, el flamenco en perspectiva

Tino van der Sman

Tino van der Sman

Sara Arguijo

Fotos: Remedios Málvarez

Título: Curiosos impertinentes Guitarra: Tino Van Der Sman Baile: Antonio Molina 'El Choro' y Tamara López Cante: Jeromo Segura y Babel Ruiz Percusión: Cepillo Vientos: Diego Villegas Contrabajo: Juanmi Guzmán Ciclo: Jueves Flamencos de Cajasol de Sevilla Fecha: Jueves 20 de abril

 

Nunca he estado de acuerdo con eso de que la curiosidad mate al gato ni a nadie. Mata el hambre, el miedo, el desasosiego, la soledad… pero no las ganas de vivir y asumir riesgos. Es más, la inquietud es requisito fundamental del artista que pretenda serlo y seguramente, aún más, si se ha nacido en La Haya y se quiere tocar la guitarra flamenca. 

Por eso, entendemos que el holandés Tino Van Der Sman haya titulado como ‘Curioso impertinente’ el que es su segundo álbum y la que ha sido su puesta de largo en el ciclo de los Jueves Flamencos de Cajasol, donde se estrenó este jueves. Y comprendemos también que el espectáculo quisiera mostrar todo el bagaje de búsquedas y encuentros musicales que el músico arrastra en su trayectoria.

Así, Van Der Sman se presentó, desde las mineras y las alegrías con las que abrió el recital hasta su versión de ‘Ojos verdes’ con las que cerró el mismo, como un guitarrista luminoso, despejado, actual y un sonido propio que ofrece una nueva mirada al flamenco con perspectiva. Se le nota en sus manos que su música está abierta al mundo y que este arte puede tener, y tiene desde siempre, tantas lecturas como intérpretes y como espectadores.

Es cierto que al conjunto le faltó coherencia y casi que se vieron varias propuestas en una. De hecho, el ritmo fue irregular y tampoco las luces ayudaron al contexto (algo que viene pasando frecuentemente en Cajasol). Pero a Tino Van Der Sman le sirvió para mostrar lo que puede ofrecer ya sea tocando para el baile frenético de El Choro o para la sensualidad del baile aéreo de Tamara López que en sus piezas vanguardistas ofreció algunos de los mejores momentos de la noche. También para acompañar el cante por soleá con el eco dulce de Jeromo Segura o las canciones de influencia más jazzística que interpretó Babe Ruiz con una voz elegante y enigmática. El color lo puso durante toda la obra la percusión magistral de Cepillo y la magia los vientos jondos de Diego Villegas. Un concierto distinto que nos trajo la Sevilla más caucásica.

 

Galería fotográfica – Remedios Málvarez


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