TAMARA TAÑÉ “MIS TRES PUÑALES”. Sala Compañía. Festival de Jerez. 19 de mayo 2021.
Cante: Tamara Tañé. Artistas invitados: Manuel Tañé (cante) y Juan Campallo (guitarra). Baile: Saray García, Miguel Ángel Heredia y Juan Antonio Tejero. Guitarra: Juan Manuel Moneo y Javier Ibáñez. Percusión: Carlos Merino.
Es posible que la sabiduría se muestre no sólo en el hacer sino también en elegir con tino quiénes estarán a tu alrededor, urdiendo contigo, cuando estés en harina. Eso hizo Tamara Tañé (Jerez, 1984) ayer en la Sala Compañía. Rodearse de personas que son su debilidad, sus puñales, y que multiplicaron su brillo.
La propuesta de la jerezana fue redonda y directa: se abrió el telón y todos sus componentes estaban en escena. Mostrar todas las cartas desde el principio tiene una ventaja, y es que te mantiene atada a la butaca tratando de dilucidar cómo habrá mezclado esos ingredientes. A todos les dio el sitio a lo largo de la tarde, cediendo su protagonismo.
En su puesta de largo en la 25 edición del Festival de Jerez, la cantaora trazó un círculo que comenzó presentando sus puñales y que cerró también con ellos. Hizo granaína, abandolaos, siguiriya o alegrías, y brilló más cuando cantó para bailar que cuando hizo lo propio en solitario. Predominó una Tamara a ratos impetuosa y visceral, a ratos más sensible y recogida.
Este estreno absoluto, de marcado carácter plazuelero, se pasea por la mitología del barrio: desde la Virgen del Valle a la calle del Sol, de la ermita de San Telmo a la Yedra y, sobre todo, el rebuscarse en el recuerdo y el dolor de quienes ya no están. Primero, acordándose de Antonio Gallardo y después, en otro claro ejemplo de esa rendición de honores, trayendo a colación una grabación con la voz de Juanillorro, fallecido en agosto de 2018, otro puñal clavao y que a buen seguro, de estar aquí, hubiera acompañado a Tamara y al resto del elenco en la tarde de ayer.
A pesar de las ausencias, estuvo muy bien cobijada, empezando por su hermano Manuel, muy poderoso en su bulería por soleá y la guitarra de Juan Campallo, hecha de filigrana. Tampoco se quedaron atrás Saray García, Miguel Ángel Heredia y Juan Antonio Tejero. Los primeros ofrecieron un jugoso y calmo dueto por tarantos -de lo mejor de la tarde-, mientras que Tejero apuntalaba de escándalo por bulerías. No conviene olvidar las guitarras de Javier Ibáñez y de Juan Manuel Moneo, que escudaron a Tañé aportando cada uno su saber hacer; ni la percusión de Carlos Merino, que es un metrónomo, o las palmas de Javi Peña e Israel López, sin cuyas manos andarían cojas la mitad de las falsetas. La jerezana convirtió su idea, trabada a conciencia y basada en la complicidad con su gente, en una ocasión impostergable para enaltecer a quienes la inspiran, la traspasan y la engrandecen.