Me gusta vivir en Morente, su música, su manera de pensar el flamenco y la vida. Enrique Morente abrió muchas puertas y derribó muros y fronteras. Así se entiende parte de lo que se escuchó en los teatros del Canal con Sonakay, un grupo de gitanos de Donosti que cantan flamenco en euskera y una banda ruidista de Murcia llamada Crudo Pimento. En ambos casos no es fácil encontrar sus nombres en los festivales de flamenco.
La programación del festival de arte sacro de Madrid FIAS es una rara muestra de música contemporánea que encuentra su personalidad entre los artistas que se saltan las fronteras estilísticas y que se juegan el tipo siendo creativos por el lado más raro de la vida. Joni Camacho es la voz cantante de Sonakay y proclamó orgulloso: “como gitanos vamos a interpretar flamenco y como vascos lo vamos a hacer en euskera”. Ahora están aliados con la actriz Sofía Comas que en su segundo disco era definida por El País como “la cantante rara del indie español”. De esa alianza ha quedado un repertorio mixto en el que los palos flamencos tradicionales pierden su estructura para pegarse a las canciones y así interpretaron “Al alba”, la canción que Aute compuso tras los últimos asesinatos del franquismo.
Si ustedes/vosotros eran conscientes políticamente en el verano de 1975… recordarán que Franco, moribundo, firmó cinco sentencias de muerte tras unos juicios militares que nadie reconoció más allá de la parodia. En aquellos días Morente no se callaba y hoy seguiría clamando contra los fusilamientos y los tiros en la nuca, contra los bombardeos y el genocidio palestino. Escuchar a Morente pude significar compartir una trinchera pacifista. El quinteto finalizó su concierto acústico por el “Omega” poniendo el énfasis en las armonías vocales “tu vienes vendiendo flores, las tuyas son amarillas, las mías de todos colores”. Hicieron Mutis tras la tradicional pataíta por bulerías.
Fotografías SONAKAY / Sofía Comas @Manjavacas.flamenco
PERSISTIENDO EN EL ERROR
Hay una escena en una película de Morente en el que el batería de Lagartija Nick, falla un golpe. Un golpe fuera de sitio y del compás. Todos los flamencos se vuelven hacia el culpable y entonces Morente dice: “A Mí me ha gustado” y ahí todos comienzan a construir sobre ese error.
Se puede pensar que el sonido de Crudo Pimento está construido sobre un montón de errores consecutivos. Todo mal, dirán en las academias. Ya saben ustedes/vosotros que tenemos academias de clásico, de jazz, de heavy y de flamenco. Todas se pondrán de acuerdo en que el bajo vibra por encima de la lógica, las guitarras chirrían y se tañen de forma inadecuada, golpeadas, rascadas y/o abofeteadas. Y, sin embargo, ese espectáculo “ruidista” tiene lógica, ofende las buenas costumbres para pasmo y alborozo de las aficiones divididas y contrariadas. Lo que te interesa por el lado heavy, te molesta por el flamenco y lo que te puede interesar del flamenco como es el poderío de la cantaora Ana Mar del Sur o los bailes como-dios-manda de Pablo Egea (un bailaor Post-Gades y Pre-Galván) se ven oscurecidas por las tramas rock-a-billy de la batería interpretada con un mano por Raúl Frutos que con la otra baqueta golpea su colección de guitarras. No hay alivio ni descanso el magma que provocan se acrecienta cuando el bailaor añade guitarra eléctrica a la confusión.
La guinda la pone el bailaor Egea cuando tras un cambio de escenario aparece vestido de mutante color “hare-krishna-come-zanahorias” y se marca un baile hiperfolklórico. No me quejo, me lo tengo merecido por predicar las bondades de la libertad y el relajo en las formas. A la salida llovía sobre mojado.
Festival Internacional de Arte Sacro
SOFÍA COMAS & SONAKAY “Barlachí Lorea”. CRUDO PIMENTO & PABLO EGEA (ESPAÑA) “Tacón en proceso de ruido”. Sala Roja Teatros del Canal. Madrid.21 de marzo de 2025
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