SUMA FLAMENCA
SON DE LA FRONTERA Viernes, 18 de mayo, 2007. |
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Fotos: Rafael Manjavacas
MÁS CON MENOS Quizá el minimalismo pueda resumirse en la idea de “contar más con menos”. No es que Son de la Frontera sean minimalistas, pero sí que podrían hacer suyo esa mismo concepto. Una guitarra, un tres cubano y compás. No necesitan más para crear belleza. No necesitan más para hacer flamenco: Son de la Frontera son flamencos. Son de la Frontera presentaban en Madrid su último disco “Cal”, que por cierto fue Mejor Disco de Flamenco Instrumental según los lectores de deflamenco.com. Una a una, fueron desgranando las piezas de este trabajo: comenzaron con su versión por bulerías del clásico “Compromiso”, donde se mezclaron también las melodías del “Cumbachero”, por ejemplo, de tal modo que el grupo se ganó al público desde el primer momento. Sus alegrías (“Al jardín de la alegría”) son sencillas pero llenas de variaciones. Los tanguillos tienen una delicadeza extrema, a la vez que una gran profundidad. Los instrumentos cantan melodías. Las bulerías resultan envolventes, misteriosas, casi hipnóticas. Una especial belleza adquieren los tarantos, que a veces flirtean moriscamente con la zambra. La soleá por bulerías (“Soleá del amor”) rebosó sensibilidad; casi parecía una nana…Todo fue una delicia… Y capítulo aparte merece el baile de Pepe Torres. Se marcó una soleá rotunda. Baile vertical, elegante, maduro, flamenco, agarrando la chaqueta con las manos, haciendo diabluras con los pies pero con arte y sin acrobacia… Además de Moi de Morón (que cantó pa comérselo), el baile tuvo el apoyo vocal de El Galli.
Como invitada especial, Martirio, muy señora ella, que interpretó “Las palmeras” y “Quisiera amarte menos”. Y, como no podía ser de otra manera, tuvo palabras de alabanza para Son de la Frontera: “son un extremo de pureza y de vanguardia difícil de encontrar”. Y tiene razón. Ese es precisamente uno de los logros de Son de la Frontera: haber sabido hacer música de hoy con los cánones estéticos del flamenco más añejo. Pero esa verdad no es sino una consecuencia de otra verdad más básica: para que el experimento “Son de la Frontera” funcionara tenía que tener una premisa, que es el amor por la música. “Estamos aquí –dijo Raúl Rodríguez- para intentar hacer la música más bonita que podemos”. Y su música llega porque ellos se la creen y la disfrutan. Eso es fundamental en un escenario. Una grabación puede disimular muchas cosas, pero el directo no perdona. En este sentido, Son de la Frontera están sobrados de ilusión: recordemos que también los lectores de deflamenco.com votaron a Son de la Frontera como mejor espectáculo en directo 2005. Nada es casualidad. A ese amor por la música como lenguaje se une la pasión por el flamenco como idioma: “La cal –añadió Raúl Rodríguez- limpia, purifica y embellece, y ese es el mismo fenómeno que produce el flamenco cuando pasa por nuestras vidas”. Y por sus vidas, desde luego, pasa… y lo transmiten. Para ello no necesitan ni grandes despliegues escénicos, ni una instrumentación abigarrada, ni un argumento postizo. Sólo necesitan ser ellos mismos y contar solamente con una guitarra, un tres cubano, cante y compás.Con esa sencillez este grupo de músicos, esta cuadrilla de flamencos logra llegar al corazón de todos a través de la belleza y la jondura. No se puede decir más con menos. Más información:
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