Soleá canta a Morente – Sala negra Teatros del Canal – Suma Flamenca 2020
Soleá Morente, voz. Montoyita, guitarra. Rubén Campos, guitarra
Morito, cajón. ? bajo eléctrico. Antonio Carbonell y Juañares, compás
Juan Manuel Padilla, Batería
Creo que nunca nos hemos tomado en serio la carrera de Soleá Morente. Así que cuando la suma flamenca anunció que era el debú como cantaora de la hija de Enrique Morente pensamos que había truco. Una de esas artimañas en la era del twitter donde los “odiadores” son tan importantes como los fans.
Tampoco se ha llegado a evaluar la fuerza del cariño en el flamenco, cómo los abuelos y los tíos tienden a regalar una mirada condescendiente a las gamberradas de las criaturas. Cosas de la edad y eso.
Soleá siempre ha tenido claro que no tenía las condiciones vocales para el cante y que por eso se había orientado a ser una estrella del pop. Ahí le basta y le sobra en los tiempos del “indie” y del “autotune” del “trap”. Pero en Soleá siempre hemos reconocido el espíritu burlón de Enrique Morente, así que ajo y agua.
Ahora los “viejos medios” (según definición de Mario Pacheco) anuncian el fin de la era “indie” y el “gafapastismo-cultureta” para saludar la nueva era del trap y el culto a la pasta-gansa. Llegan tarde y mal. Lo último de los último es ponerse flamenco y nuestra protagonista va muchos pasos por delante, tantos como su vida entera. Eso explicaría la cantidad de herejías que acumula en su puesta en escena.
Soleá Morente se sienta en una silla de enea por primera vez, se paga la luz y se escucha su voz en un video en el que cuenta que ha tenido un sueño en el que habla con su padre.
-Mmmmm
Luego se escucha la entrevista en la que Enrique cuenta que el flamenco debería ser mayoritario y que las “malas músicas” deberían ser cosas de minorías.
Aquí es donde creo que Soleá intenta llevar el mensaje a las masas y consciente de los peligros se pone a cantar el disco de su padre (con Niño Ricardo) con la portada en la pantalla. Y lo hace cometiendo una segunda herejía, ella es la única que está al frente del escenario, la jefa, la responsable, sin tocaor, ni palmeros apoyando hombro con hombro. Esos están detrás. Me niego a comparar los cantes. Creo que lo que me está diciendo es, algo así como: si queréis escuchar lo que es bueno… os ponéis el disco de Enrique Morente.
Y sigue así con “Despegando” y cuando llega a la “Misa Flamenca” recuerda que fue la primera vez que cantó en público con su padre, que salía del colegio con seis años y un bocata de chorizo. Aquí es donde hay que recordar que Soleá, Estrella y Kiki jugaban con el “Omega” cuando eran pequeños, que crecieron en la impostura y en los ataques de la ortodoxia, en la verdadera afición y en el descalabro flamenco. Todo junto.
Y de pronto cuando entona la primera pieza de “Sacromonte” sale una música vigorosa, casi un “hard-core/flamenco” en el que no importan los matices del cante, sino la energía de la banda. El impulso de Soleá es no dejar ni un segundo de silencio, ni un suspiro de descanso y nos confiesa que ella está acostumbrada a las guitarras eléctricas y su tío Montoyita le corrige: “en el flamenco hay que templar las guitarras”. En esta fase Soleá es una diva entregada al arrebato, así que taconea y sacude la melena al compás y fruto del paroxismo pasa del último single de su nuevo disco “Lo que te falta” escrita con La Bien Querida, una cantante capaz de fabricar la canción de la década y no interpretarla en directo por timidez; osea, el colmo de un “indie”.
Total que Soleá interpretó uno de esos tangos “made in Morente” fraguados en los suburbios de los años setenta que se acaban por rematar por rumbas. Entonces Soleá reservó un espacio para que aplaudiéramos en el nombre del padre con el final del concierto del festival de jazz de Vitoria. Y volvió para dejar claro que ella era la responsable de todo. Cogió las baquetas, se sentó en la batería y se fabricó un ritmo en el apocalipsis “estilo Eric Jiménez” época “punk”.
Me vuelvo a casa con el single que no cantó y que me parece un himno: “Si con lo que tienes no consigues ser feliz. Jamás podrás llegar a serlo con Lo que te falta. Lo que te falta. Lo que te falta. Lo que te falta.”