Sacromonte – Ciclo Nocturno – Flamenco on Fire

Sacromonte - Flamenco on Fire

Sacromonte - Flamenco on Fire

Texto: Silvia Cruz Lapeña

Fotos: Rafael Manjavacas

Ciclo Nocturno Hotel Tres Reyes – Flamenco on Fire – 28 agosto 2016
Juan Andrés Maya, Alba Heredia, Iván Vargas. Jerónimo.

Alba Heredia, dueña del Mediterráneo

La actuación de Juan Andrés Heredia Maya, Iván Vargas y Alba Heredia en el Ciclo Nocturno del Hotel Tres Reyes de Pamplona fue apoteósica. La fórmula de varios artistas compartiendo un escenario para hacer cada cual lo suyo no siempre deja buen sabor de boca. Lo normal es que degenere en una suerte de tablao para turistas donde cada uno va a lo suyo. No fue el caso de “Sacromonte”, espectáculo en el que los tres bailaores miembros de la saga de Los Maya trajeron a Pamplona lo mejor de las cuevas granadinas y un momento que no olvidarán ninguno los que allí estuvieron. 

 

Abrió Iván Vargas con americana gris y pañuelito al cuello con unas alegrías que empezaron arrebatadas y se fueron volviendo puro teatro, gozadas,  bien bailadas. Vargas demostró algo que ya se le vio en Jerez hace dos años: que tiene buenas piernas y mejor tacón pero que su capacidad, la que tiene que durarle la vida entera y de la que obtener su sello, está en el tronco. Cuando lo usa, lo dobla y lo exprime, se ve en él la promesa de un bailarín, porque bailaor ya lo es entero: uno con gesto y con sabor. 

La noche se torció para el show en su conjunto y se encaminó hacia el cielo para el espectador cuando salió Alba Heredia. La ganadora del Desplante en La Unión en 2015 fue la estrella indiscutible de la jornada. En los cinco días de Flamenco On Fire no se vio nunca tanta locura como la que despertó la granadina. Movió todo su cuerpo con maestría y tapó la boca, si es que aún quedan algunas, que dicen que baila demasiado rápido. Porque Alba es rápida, veloz, zapateadora, sí pero también mueve manos y brazos de modo casi perfecto. Estuvo elegante, templada, delicada por soleá, por siguiriya y por lo que le dio la gana. Si su cuerpo parece de mimbre es porque es flexible, no dócil. Y en el momento en que se atrevió a ser Carmen Amaya, el público no presenció una imitación, sino una posesión. Y además, no fue solo flamenca, pues Alba Heredia aglutinó el Mediterráneo entero en su mirada y su cadera. A ratos pareció bailar la tarantela, fue sin lugar a dudas La Capitana, pero también fue una diva de Fellini, fue Irene Papas y Anna Magnani, y en cada movimiento de su pelo, que también bailó, se hizo albacea de toda su saga. Casi nada. Y casi sin sudar. Qué actriz tiene el flamenco en esta chica. Qué pedazo de bailaora. 

Juan Andrés Maya tuvo la difícil papeleta de salir después que su sobrina y resolvió de maravilla porque él es grande.  Tiró mucho de encanto y acabó con una soleá finísima, bien bailada y actuada, limpia, a la que puso voz La Repompilla con una versión del Concierto de Aranjuez hermosa. 

Un remate final y un reconocimiento a la guitarra de Jeronimo Maya, que con su gusto y su habilidad para verlas venir, hizo que todo pareciera fácil. Muy fácil. Y no lo era.

 

 

 


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