Rosario Toledo – Baile Flamenco – Jueves Flamencos Fundación El Monte – Sevilla

Rosario Toledo «El aire de Cádiz»

Jueves Flamencos de la

Fundación El Monte

Jueves, 25 de enero, 2007. Sala Joaquín Turina, Sevilla

Fotos: Paco Sánchez

Baile: Rosario Toledo; Cante: Enrique el Extremeño y Antonio Campo; Guitarras: Dani Méndez y Miguel Iglesias; Percusión: Raúl Domínguez.

La gran ausente de la pasada edición del Bienal de Flamenco se está convirtiendo en la protagonista de los Jueves Flamencos de la Fundación EL Monte. Nos referimos a Cádiz, y en especial a sus alegrías. Si el gran Pericón levantase la cabeza, vería conformada su tesis de que los fardos que contenían las partituras del Arte Flamenco llegaron por primera vez a Cádiz, y de ahí se distribuyeron por la Baja Andalucía.

Como el agua que baña La Caleta, de ese color era la bata de cola que lucioen primer lugar la bailaora Rosario Toledo para deleitarnos con la malagueña de otro insigne gaditano, Enrique el Mellizo. Previamente una introducción por granaínas de los cantaores dieron a la postre un número muy vistoso. La percusión, formada por djembé, bendir y cascabeles completó la orquestación del baile cuando giró hacia las jaberas. Pudimos contemplar como el flamenco también fue folclore, y como han bebido mutuamente ambos géneros para dar lugar a bailes como este.

Por soleá el espectáculo continuó con la misma intensidad. Otra belleza de traje que lucía Rosario para interpretar las letras que le cantaban El Extremeño y Antonio Campo, con recuerdos de la Plazuela de Jerez y romances de Lebrija y Utrera. Qué serenidad en el baile, qué plasticidad de movimientos, una vez más se cumplió la máxima de despacito y a compás.

Aunque el programa anunciaba fandangos, Rosario se tomó un respiro cuando los cantaores interpretaron una ronda de tarantos. No fueron bailados, por lo que mantuvieron su intensidad y su candencia libre, en especial el de “La Gabriela”. Las voces salían de las profundas de esta improvisada mina en la Sala Joaquín Turina.

Serenidad en el baile, plasticidad de movimientos, despacito y a compás

Rosario Toledo, joven pero experimentada bailaora, además de ser licenciada en Danza Española por el Conservatorio de Danza de Sevilla, ha formado parte de insignes compañías, como puedan ser las de Mario Maya, Manuela Carrasco, Javier Latorre o Joaquín Grilo, pero en el siguiente número por martinetes y seguiriyas, sus movimientos se ven claramente influidos porla estética de Israel Galván, con quien también ha compartido escenario.

Con la presencia de Enrique sobre le escenario, es natural que sus movimientos se muevan lascivos y picantones cuando se interpretan los tangos extremeños, aunque también tienen cabida en el número los tangos de Cádiz. Rosario se luce con una majestuosidad que le otorgan su esculpido y menudo cuerpo, perfecto para los movimientos negros de estos bailes.

El cierre de esta producción se produjo con en el baile más emblemático de Cádiz. Ella, nuevamente con un traje muy elegante, el peinado inmaculado y su belleza facial, hacen que la interpretación de las alegrías, en cada uno de las escobillas y juguetillos, una lección del saber andar por un escenario flamenco. A ello se añadirá un fin de fiesta por bulerías a petición del público que llenaba la sala, que cerró la velada con una sonora ovación.

 



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