Remedios Amaya, el regreso

Remedios Amaya en la Sala García Lorca

Remedios Amaya en la Sala García Lorca

Remedios Amaya en la Sala García Lorca. Juan José Suárez»Paquete» guitarra. 

José Manuel Gómez Gufi

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Noche feliz en la sala García Lorca con el regreso de una de las grandes voces del planeta. Ya saben, hace tres años Remedios publicaba el disco “Rompiendo el silencio”, había vuelto a los escenarios con un disco que le hacía justicia a su voz y a la discografía flamenca, un disco producido por Fernando Vacas en el que se escuchaba un arpa de acompañamiento. Entonces nos preguntamos ¿un arpa? ¿teniendo a Diego del Morao para qué quieres el arpa? Y nos acordamos de los Hermanos Marx, cuando desgastábamos las cintas VHS por que salía aquel instrumento que era lo que le gustaba a Harpo Marx.

Apareció Remedios con la guitarra de Juan José Suárez Paquete y a la segunda se fue por tangos a una de esas canciones que grabó con el arpa,  “Las ciudades” del repertorio de Chavela Vargas que enseguida engarzó con  el “Angelitos Negros”, que en el disco grabó con el pianista cubano Ivan “Melón” Lewis. Creo que fue la última mención a una canción completa.

Hace tres años Remedios aparcó la promoción y los conciertos de aquel disco para tratarse de un cáncer de pecho y desde entonces la afición ha esperado su regreso.

Es fácil entender por qué Remedios ha elegido Casa Patas y la sala García Lorca para su reencuentro con Madrid, es un lugar donde sentirse arropado  es una sensación física, ahí se reconocen los jaleos de cada espectador y había mucha figura del cante: Guadiana, Cancanilla o Naike Ponce, entre otros disfrutando de cada matiz. En esencia Remedios cantó por tangos y por bulerías y eso que en cualquier otro cantaor puede resultar un defecto, en Remedios es su gran virtud que la convierte en una figura cercana al rock and roll o al soul cuyas figuras necesitan el fuego del ritmo para expresarse.

Contó la cantaora que está curada gracias a Dios… y a sus nietos y se emocionó al cantarle al Morao (Moraito Chico) ahí no importaba que siguiera por tangos. Remedios Amaya es esa clase de artista a la que le debemos una explicación y no hay mejor manera de pagarla que escuchar su música y… si España quiere redimirse de una vez por todas en Eurovisión, que vuelvan a enviarla con los músicos que aparecen en su disco, a Diego del Morao y Jorge Pardo se le añaden los coros familiares, la  del arpa, Diego Carrasco (rojo, blanco, azul, violeta y negro) y ese etcétera que concentra lo mejor de la música española en el mundo. Si no me creen, escuchen la nueva versión de “Quién maneja mi barca” y si algún “freaky” sigue pensando en “cero points” nos vamos de Eurovisión y punto.

Se sale del templo de ver a Remedios Amaya con la misma sensación de la grandes noches con la divas del jazz fueran Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan o Carmen McRae; de las grande luchadoras de África, del norte como Mariem Hassan, o del sur como Miriam Makeba… Remedios te deja el poso rítmico de Celia Cruz o Celeste Mendoza, el lirismo de Susana Baca y la magia de Chavela. La próxima vez no se la pierdan, es algo que nos debemos a nosotros mismos, lo que nos conecta con la madre tierra.

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