Se sale de ver «Trance» con ganas de volver a ver la película, de revivir algunos de los momentos retratados en el film. Y también te dan ganas de ver a Jorge Pardo en vivo, en su siguiente aventura. Trance es una gran película que merece ser vista en una sala de cine. ¿Podrían poner el volumen a la misma intensidad que la publicidad? ¡Gracias!.
En el cine se ven cosas que no se aprecian en una tele grande. (Trailer)
A nivel simbólico. La cosa tiene miga. Son tres o cuatro años en la vida de Jorge Pardo sin echar mano de su gloriosa carrera. Se abre un cajón y salen unas fotos viejas con Paco de Lucía, no hay un relato de sus hallazgos, de sus amigos o de sus reconocimientos. La idea es avanzar en la búsqueda, profundizar en la música mientras se busca (y se disfruta) el paisaje, de día; y el paisanaje, de noche.
Los productores han apostado fuerte por la idea de grabar en 4 continentes aunque lo mejor ocurre en Jerez, en Lebrija, en Granada, en Almería o en Madrid. Y lo que se aprecia es un absoluto desinterés de nuestra instituciones por un producto cultural de esta magnitud. No vemos el logo de TVE, ni de la Comunidad de Madrid, ni de las instituciones que supuestamente apoyan el flamenco, el cine y el jazz. Cero patatero. Es por eso que aquí se convoca a los amantes de la música y el cine para que no dejen pasar la oportunidad de arrimar el hombro y, de paso, tener una experiencia musical como yo no he visto en mucho tiempo en una sala de cine. Además, merece la pena reconocer la labor de Jorge Pardo (y su generación) que durante más de cuatro décadas de talento y generosidad han levantado un género musical nuevo (el jazz-flamenco) que está asombrando en el mundo mundial en los ambientes donde se reconoce el rigor y la cultura.
Pensará el lector que hablo de un amigo. Jorge Pardo es algo más, es una de las personas que me llevaron al flamenco hace 40 años ante la mirada compungida de mis colegas del jazz; y es en el flamenco donde la película obtiene la gasolina para avanzar. Inenarrable la reunión en Jerez con presencia de Fernando de la Morena y Diego Carrasco. La mirada de Rycardo Moreno y el cante de Tomás de Perrate. Luego se va a la India y vuelve a las 3000 Viviendas en compañía de Emilio Caracafé. La narración avanza mientras fracasa uno de los mejores proyectos de nuestra música popular, asociado a su disco “Djinn” con una banda eléctrica que debería haber arrasado en los grandes festivales de música pop. Pero se ve que a los programadores no les interesa apostar por la música. Jorge en lugar de contrariarse sigue su camino y se embarca en la gira mundial de Chick Corea, asistimos al encuentro entre Jorge y Chick y escuchamos cómo suena la última banda de Corea con Jorge, Niño Josele y Nino de los Reyes mientras se va forjando un concierto que reunirá en Madrid a casi una veintena de músicos.
El proyecto reúne las últimas conexiones, está el trío con Carlos Benavent y Tino Digeraldo pero también la rítmica formada por Bandolero y Colina y llegan los nuevos: el violinista de la India Ambi Subramaniam y el arpista colombiano Edmar Castaneda. Ambos influidos por el trabajo de Paco de Lucía. El rosario de sorpresas es continuo, en el baile destaca el de Ana Morales. El director de la película Emilio Belmonte está a la altura del reto que plantea Jorge Pardo. ¡Qué ganas de volver a ver la película!