Fundación El Monte
Compañía Rafaela Carrasco Jueves, 29 de marzo, 2007. Sala Joaquín Turina, Sevilla
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VANGUARDIA FLAMENCA Rubén Gutiérrez Baile: Rafaela Carrasco. Cante: Miguel Ortega. Guitarra: Jesús Torres. Piano: Pablo Suárez. Chelo: José Luis López. Flauta: Ramiro Obdmásn. Percusión: Nacho Arimany. Original y atrevida la propuesta que estrenaba la bailaora Rafael Carrasco. La sevillana se hace acompañar por una serie de músicos más propios de una formación de jazz o new age, para, entre todos, ofrecernos un concierto de nueva música y un espectáculo de baile flamenco, donde se permite bailar una farruca con bata de cola. Hasta la fecha, la bailaora Rafaela Carrasco había sorprendido por su concepto del baile flamenco, y esta ocasión no iba a ser para menos. Tomando como referencia los cantes flamencos clásicos, va diseccionando los estilos para después reconstruirlos a su antojo, pero sin perder la jondura de los mismos. El inicio del espectáculo ya nos augura que vamos a contemplar escenas poco cotidianas, pues la formación musical que había sobre la escena pocas veces se ha presentado en el mundo flamenco. El zapateado al compás de bulerías demuestra la valía, tanto de los músicos como de Rafaela. Como decimos, los músicos tendrán su momento protagonista durante las transiciones, interpretando melodías con aires propios del latinjazz, el freejazz o de la world music, con una buena ejecución, y más sentida interpretación. De esta manera darán paso al baile por malagueñas con un comienzo casi estático, bailando en escasos centímetros, hipnotizándonos con sus brazos. Al llegar al abandolao, el baile se hace más racial al introducir el zapateado. Es de la pocas bailaoras que desde hace algún tiempo viene bailando este estilo, del cual hay muy pocas coreografías. Diseccionando los estilos para después reconstruirlos a su antojo Pero del que verdaderamente no habíamos visto ninguno hasta la fecha, fue su reconstrucción de la farruca. Con el cante de siempre, los movimientos de siempre, y la bata de cola de nunca. Al introducir este elemento bastante ajeno al estilo, la farruca pierde en verticalidad por la ondulación de la bata de cola, pero demuestra la maestría del que lo realiza para poder aunar las técnicas, tanto del estilo, como del traje. Por último, otro baile con los papeles cambiados. Un martinete, pero donde ella ha dejado la bata de cola y luce pantalones, con un traje corto negro. Es como si se hubieran confundido de vestuario entre los dos números finales, pero bendito descuido. Así como en la farruca no echábamos de menos el ver las piernas, toda vez que es un baile con unos movimientos muy encasillados, y primaba más la novedad de la bata de cola, con el martinete es distinto. Pocas veces podemos ver bailar una mujer con pantalones, y menos aún una seguiriya, de este modo contemplados en toda su plenitud los pasos de este estilo, ralentizados al compás del martinete, donde el cante también cobra importancia. Más información: Seguimiento JUEVES FLAMENCOS de la Fundación El Monte de Sevilla |