Texto: Sara Arguijo
Fotos: Remedios Málvarez
Título: Rafael Riqueni, en concierto Elenco: Rafael Riqueni, guitarra de concierto Joselito Acedo, segunda guitarra Ciclo: Jueves Flamencos de Cajasol de Sevilla Fecha: Jueves 7 de mayo Aforo: Lleno
Riqueni, con la primavera en sus manos
A saber. Puede que Sevilla respire en las manos de Rafael Riqueni o puede que el guitarrista se refugie en su luz y sus aromas para encontrar su alivio. El caso es que tras el grandioso éxito cosechado por el trianero en la pasada Bienal, interpretando su obra cumbre –la adaptación del ‘Amarguras’ de Font de Ana-, apareció en el ciclo de los Jueves Flamencos de Cajasol y de golpe desparramó toda la primavera por el patio de butacas. En todo su esplendor.
Es difícil de explicar pero el día había sido agitado. Quienes iban entrando en la Sala Chicarreros hasta llenar al completo el teatro hablaba inevitablemente de los más de 30 grados a la sombra, del desagradable viento de la tarde y de cómo el polen campaba a sus anchas con sus alérgicas consecuencias. Todo el mundo sentía algún mal esa noche porque así de indómita es esta estación en la capital andaluza. El sur se siente o no se siente, que decía la popular canción. O, la primavera que la sangre altera, que reza el refrán.
Entonces, aparece Riqueni con su guitarra tranquilizadora y nos da motivos para reconciliarnos con este mes de mayo. Su toque transparente y minucioso repara en la belleza del pétalo de la flor, del sonido de los pájaros, del agua de la fuente, del rayo de sol y al público no le queda otra que dejarse atrapar y recorrer feliz el paseo sensorial al que este guitarrista nos invita.
Así, en la primera parte del recital sentimos la delicadeza del Alcázar de cristal en su taranta; el fulgor profundo de la soleá A Canales; nos pinchamos con las espinas Cogiendo rosas por alegrías y buscamos la paz en la rondeña Benamargosa. Para seguir embriagando el ambiente, el guitarrista nos arrastró a El Parque de María Luisa (título de su nuevo disco) y junto a él le dimos de comer a las palomas siendo conscientes que sólo aquí nos parecen bellas. Luego, el éxtasis del Amarguras y una segunda parte de bulerías, fandangos y rumbas con las que avivar el recuerdo Al Niño Miguel o a Lole y Manuel, acompañado por Joselito Acedo.
A estas alturas, ya nos habíamos enamorado como requiere la temporada y hasta vivimos algún encuentro pasional. Definitivamente este Riqueni nos lleva a la locura y nos da el antihistamínico para que podamos dormir tranquilos. ¡Qué suerte captar la esencia exacta de las cosas!