Pepe Habichuela & Dave Holland «Hands»

Texto: Pablo San Nicasio Ramos
Fotos: Rafael Manjavacas

«Pepe y Dei»

PEPE HABICHUELA & DAVE HOLLAND
«Hands»

13 noviembre 2011 – Auditorio Nacional – Madrid

 

Pepe Habichuela y Josemi Carmona: Guitarras. Dave Holland: Contrabajo. Juan Carmona y Bandolero: Percusiones.

Los grandes músicos son los que tienen arrestos para hacer que cualquier sitio se convierta en su patio de vecinos, en su rincón de ensayo y colegas. Y darle vida a auditorios con más bien poco a favor.

Un poco eso es lo que pasó la noche del domingo en el Auditorio Nacional. Con toda la pompa y el “visón” que tenga la sala sinfónica del recinto, no es fácil reunir allí a las musas de la flamencura. Gente sentada y bien callada (lo de jalear allí…como que no), observando desde todos los ángulos y alturas, a toda luz…los duendes lo tenían complicado. Y eso que el aforo estuvo a punto de cubrirse.

Pero los que llevaban la empresa eran José Antonio Carmona y Dave Holland, o mejor, “Pepe y Dei”, dos amigos encantados de conocerse desde hace cuatro años que al final se han hecho casi compadres.

“Hands”, o “jan” que casi es más flamenco, es el resultado de una convivencia a base de mucha intuición musical y poco lenguaje hablado entre dos viejos lobos de su gremio. Dos “celebrities” en esto de decir algo con su instrumento. Gente que en su curriculum tiene puesto el nombre de Chick Corea, Camarón, Miles Davis, Enrique Morente o Pat Metheny y cosas como Premio Nacional, Grammy, etc. Así que no es de extrañar que la cosa, cuando menos, prometiese.

La historia empezó y acabó bien. A compás. Primero por bulerías, “Puente Quebrao”, en modo menor. Después por fandangos. Tiempos en los que el contrabajo no tenía aún el peso de después. En estos tercios iniciales, de momento sólo se hizo presente el sonido genuino de la casa Carmona, que ya está solicitando al organismo pertinente la catalogación y etiquetado de la denominación de origen.

Fue en “Joyride” cuando se hizo presente el contrabajo inglés. Un paso por delante en su virtuosismo al que vemos en los combos flamencos por estos pagos. Más atrevido, con más recorrido por el batidor que de costumbre. Más ingenuo y descarado, aunque siempre con causa.

En sus diálogos, ya fuera con Josemi o con Pepe, Dave Holland asumió dos grandes papeles: el de cantaor (en la taranta fue un auténtico pulsados de quejíos) o el de protagonista, con algunos solos estratosféricos.

Los Carmona, por su parte, echaron mano de su artillería pesada en melodías y recursos de sus últimas entregas (“Hands”, “Las Pequeñas Cosas” y “Yerbagüena”).

Y a trabajar, percusiones incluidas, que aquello podía no subir de temperatura si alguien no se ponía el mono.

A partir de la soleá “My Friend Dave” el sonido de Pepe comenzó a situarse en una órbita que los que saben del tema suelen catalogar como única y magistral. Josemi puso de su parte con “Tangoove” y Dave con “The Whirling Dervish”. Tres puntos de inflexión en la noche y en las vidas de los que cojan un mp3 hoy día.

A este paso ya le decían ¡¡guapo!! a Pepe. Hay que echarle valor. Y claro, se emocionó, y nos juró “por alguien” que estaban todos encantados de estar allí.

La siguiriya de diez minutos convirtió en manicomio el templo de la pulcritud y, queda dicho, fue a compás de rumba y tangos como se cerró el choque de manos de los maestros. Con ecos que ya son hoy santo y seña en la guitarra y “soniketes” contemporáneos.

Al final se obró el milagro de hacer pequeño el recinto, habilitarlo como cuarto de cabales y entenderse, aunque no se hable el idioma del colega. En todo esto es muy importante ser un buen músico y amigo de quien tienes enfrente. Como ellos, “Pepe y Dei”.

 

 


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