Patricia Guerrero – «Catedral» – La Bienal

Patricia Guerrero - Catedral

Patricia Guerrero - Catedral

Texto: Sara Arguijo

Fotos: Oscar Romero / La Bienal

Cuerpo de baile: Maise Márquez, Ana Agraz y Mónica Iglesias Cante: José Anillo Guitarra: Juan Requena Percusión: David Chupete, Paco Vega Tenor: Diego Pérez Contratenor: Daniel Pérez Dirección escénica: Juan Dolores Caballero – La Bienal Teatro Lope de Vega – 30 de septiembre

 

La santificación de Patricia Guerrero

¿Usted esconde algún miedo? ¿Ha sentido el peso de la culpa? ¿Le ha atrapado la duda? ¿Ha querido liberarse de una idea que le martillea el cerebro? ¿Le ha dolido algo en el alma? ¿Ha perdido la confianza? ¿Le han cortado las alas? ¿Ha ocultado pasiones secretas? ¿Ha soñado con otra vida?  Si es así, si usted experimenta la vida y lucha con sus contradicciones, entonces ‘Catedral’, el espectáculo que estrenó Patricia Guerrero en la Bienal, le partirá el alma.

Desde una reflexión acerca del “papel de la religión en las dinámicas de opresión de la mujer”, como reza el folleto, la bailaora granadina construye un discurso que va más allá de su propia intención -la de indagar en las creencias, lo sagrado, lo profano, la represión- apelando directamente a los pánicos más comunes. Los que a todos nos han aprisionado en ciertos momentos y nos han inmovilizado. 

Patricia no fue ayer Patricia. Era más bien la encarnación de todas esas mujeres que han querido romper con las imposiciones sociales y que han roto estereotipos y cadenas. Fue Santa Teresa de Jesús, Juana la Loca y La Regenta. Regia, rotunda, firme y pasional como su baile. Como si el misticismo y la espiritualidad en el que se envuelve la obra, con excelente dirección escénica de Juan Dolores Caballero, le hubiese llevado a cuestionarse su propio papel personal y artístico. A tomar conciencia del verdadero sentido del muero porque no muero.

Así, nos encogió el corazón y nos dio una descarga de energía que nos hizo gritar ¡por fin! Y no sé cuántos minutos de aplausos y bravos. Porque ‘Catedral’ ha sido hasta ahora el mejor espectáculo de la Bienal y porque esta joven de 26 años magnética, expansiva, misteriosa, elegante y valiente ha sido la que más y mejor ha bailado en la cita

Por fin porque en ‘Catedral’ no sólo no sobra nada sino que, además, todo tiene un sentido. Una disposición de la escena lúgubre y austera, una iluminación a ratos tétrica que invitaba al recogimiento, un vestuario maravilloso de corte barroco al principio –que por cierto no pudo aprovechar mejor la bailaora- y luego tremendamente volátil y sutil, una música canónica y envolvente donde la percusión y los golpes de campana convivían con los cantes gregorianos y la melancolía de las composiciones de Requena y Agustín Diassera y unas coreografías completamente nuevas que jugaban con la rectitud, la linealidad y la sincronización pero desde un lenguaje absolutamente flamenco.

Cómo no un elenco artístico genial que aportaron momentos mágicos a todos los niveles, como el que se produjo en los tangos del deseo, y que integraron a la perfección sus mensajes en el montaje.

Y luego, claro, a Patricia Guerrero que mostró la pulcritud de su técnica, su infinidad de recursos, su velocidad y su enorme fuerza escénica y también su creatividad, su inteligencia, su sensualidad, su madurez y su autoridad para bailarle al silencio, dejando imágenes completamente desgarradoras como en las seguiriyas donde pareció atrapar el dolor en su mano o en la pieza enormemente dramática en la que le hablaban voces demoníacas. En definitiva, una obra magistral que nos hace soñar con todo lo que aún nos puede ofrecer esta granadina. De momento, ya se ha santificado y, si es así, venga a nosotros tu reino. 

 


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