Orestes en Lisboa. De Francisco Suárez

 

Teatro de Madrid

20 al 24
de Noviembre

Dirección: Francisco Suárez
Baile: Antonio Reyes, Marta Jiménez, Manuel
Reyes, Alegría Suárez, Inge Martín,
Alejandro Granadas, Rafaela Carrasco.
Músicos: Juan A. Suárez Canito
(guitarra), Pablo Suárez (piano), Juanmi Guzmán-Luis
Escribano(contrabajo), José Luis López
(violonchelo), Daniel Suárez y Sergio Martínez
(percusión). Rafael Jiménez 'Falo', Juan
José Suárez, Victor Carrasco, patricia
prieto y María Nuño de la Rosa (coro).

Ficha
Espectáculo

Versión flamenco-gitana de una
tragedia griega con sus más y sus menos.

Cuando un gitano portugués víctima del destino
de las leyes de su raza contó en Lisboa al director de escena
Francisco Suarez su trágica historia le recordó al
clásico griego de Esquilo «La Orestiada» y basado
en esta obra quiso representar desde el flamenco y la mirada de
lo gitano una reflexión sobre nuestra condición de
ciudadanos. El resultado es «Orestes en Lisboa» que tras
su estreno en la Bienal de Sevilla se presentaba en la capital en
el teatro de Madrid.

Recomendable es antes de ver la obra leerse el argumento cuando
te dan el programa, porque hay cosas que solo con la danza son difíciles
de percibir. La compañía baila con profesionalidad
y entrega y en general los distintos bailes bien por soleá,
tangos, bulerías o alegrías son desarrollados por
buenos interpretes como los hermanos Reyes: Antonio y Manuel éste
último en el papel de Orestes, flamenco y estilizado. También
son de destacar las interpretaciones de Alejandro Granados y Rafaela
Carrasco. Alejandro que encarna a Zeus a modo de gitano rico le
da el justo aire chulesco a su personaje con su sobrio y elegante
estilo, mientras Rafaela en el papel de Atenea también hace
una resaltable actuación con su peculiar forma de rebuscar
en su baile.

La configuración del coro que pone el cante a la obra
es interesante actuando como pregoneros y dando ese aire de tragedia
griega a los estilos flamencos, aunque también hay que estar
muy atentos a las letras para no perderse en la historia, lo que
a veces no resulta fácil. La música que en conjunto
arropa bien la representación es fundamentalmente flamenca,
pero se incluyen otros estilos como el Minarete de José Antonio
Galicia y también da un toque de delicadeza el fado de Amalia
Rodrígues. Como ayuda también hay algunos recitados,
pero es la parte teatral en lo que más cojea por no percibirse
algunos hechos claves. En conjunto la representación fue
del agrado del público pues a pesar de las carencias, la
puesta en escena huye de lo convencional, hay momentos de baile
destacados y además un final feliz.

 

 

 



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