XXIII FESTIVAL DE JEREZ
Ballet Flamenco de Andalucía “Naturalmente Flamenco”
Jueves, 28 de febrero, 2019. 2100h. Teatro Villamarta (video / fotografías)
Estela Zatania
Solista y coordinación artística: Ursula López. Bailaores: Borja Cortés, Álvaro Gordillo, Manuel del Río, Federico Núñez. Bailaoras: Julia Acosta, Ana Almagro, Lidia Gómez, Gloria del Rosario, Aitana Rousseau. Guitarra: Juan Torres, Juan Vallet. Cante: Sebastián Cruz, Vicente Gelo, José Luis Pérez-Vera. Percusión: Raúl Domínguez Soto. Coreografías: Rubén Olmo, Úrsula López y todo el elenco. Música original: Juan Torres, Pau Vallet.
Día 28 de febrero, día de Andalucía. Buen pretexto para programar el Ballet Flamenco de Andalucía, compañía institucional de danza de la Junta de Andalucía.
Siendo esta compañía, como se dijo en la presentación, “un embajador de nuestra tierra en el mundo”, la calidad de las obras y de sus intérpretes y responsables repercute más allá del éxito o fracaso de las mismas. Para muchos espectadores fuera de España, es prácticamente la única oportunidad de conocer el flamenco en directo.
En este sentido, fue un alivio poder comprobar que “Naturalmente Flamenco”, como indica el mismo título, no tiene rebuscadas intenciones conceptuales ni hilo argumental. Lo que ofrece esta obra es un tipo de flamenco tradicional a la vez que fresco y vistoso.
El cuerpo de baile se compone de cuatro bailaores y cinco bailaoras, además de Úrsula López, que ejerce de solista y también de coreógrafa y coordinadora artística.
Desde los primeros sonidos de “Un duro en la faltriquera” (aquello de Pedro Peña), se nota el ánimo de investigar, recopilar y renovar con criterio e inteligencia – es flamenco que no deja fuera a nadie, independientemente de gustos o épocas. Como corresponde a un proyecto público.
Aquella presentación con la bulería romanceada fue seguida de una farruca de Borja Cortés, competente y disciplinado, y tientos de las cinco mujeres, cada una con sus pasos que se complementaban entre sí, terminando con tangos granadinos.
Por siguiriyas, el insistente empleo del taconeo de tantas personas empieza a restar en lugar de sumar. Se hubiera agradecido más cante y más silencios.
Hay ánimo de recuperación, o al menos recreación, cuando se interpreta la caña bailada en parejas con los bailaores de traje corto, y hasta la guitarra se abstiene de modernismos. La clásica soleá apolá de cierre se interpreta por abandolao, posiblemente para destacar la relación entre estas formas.
Un surtido de cantiñas para el hermoso baile de Úrsula conduce a un final fantasioso que parece que quiere hacernos creer que el baile folklórico de Morón de la Frontera, de alguna manera dio lugar a las bulerías que allí habitan en las conocidas falsetas de Diego del Gastor.
Excepto por el exceso de zapatazos, la impresión global es buena, y como flamenca que soy, me parece perfecto que esta obra, con coreografías firmadas por Úrsula López y Rubén Olmo, represente el flamenco a nivel internacional.
