`Música Para Ocho Monumentos´ Manolo Sanlúcar y Orquesta de Córdoba.

Resumen: `Música Para Ocho Monumentos´ Manolo Sanlúcar y Orquesta de Córdoba.

`Música Para Ocho Monumentos´
Manolo Sanlúcar y Orquesta de Córdoba.

Jueves 19 de Febrero de 2009
Teatro de La Maestranza. Sevilla
Estreno absoluto

Ficha Artística: Guitarras principal: Manolo Sanlúcar; segunda guitarra: David Carmona; Dirección de la Orquesta: Carlo Palleschi; Orquesta: Orquesta de Córdoba.

Texto: Gonzalo Montaño Peña

Música para ocho monumentos es la última creación presentada por Manolo Sanlúcar, que surge como un encargo de la Junta de Andalucía en el año 1991, finalmente el proyecto se vio aplazado y es ahora cuando sale a la luz.

La idea principal es poner la creatividad musical del maestro sanluqueño de modo que surgieran unas composiciones que recrearan unos lugares monumentales andaluces que no son los más conocidos, así de cada provincia andaluza se escogió un enclave, a saber: Los Millares, en Almería; Baelo Claudia, en Cádiz; Baño de Comares, por Granada; Castillo de Sabiote, en Jaén; Monasterio de Los Jerónimos, por Córdoba; Cementerio redondo de Salayonga, en Málaga; Minas de Riotinto, en Huelva y Hacienda de Olivar, en Sevilla.

Dando píe a su vertiente sinfónica Manolo Sanlúcar compuso un concierto en el que la guitarra aparece como un instrumento más perteneciente a la sección de cuerda sin tener el protagonismo que suele tener este instrumento en un concierto propio de un concertista de guitarra o en el flamenco en general. En Música para ocho monumentos la guitarra ejecuta pizzicatos, arpegios, pequeños motivos melódicos o acompañamientos la mayor parte en segundo o incluso tercer plano, siendo en los puentes entre partes instrumentales o en los inicios de los temas cuando está más presente.

Armónicamente la casi totalidad del concierto se mueve a través de la escala andaluza, que el mismo compositor calificó como madre de toda la herencia musical que se ha formado en Andalucía a través de miles de años.

Las músicas de la obra se rigen por compases flamencos como la Bulería, la Soleá, las Alegrías… sin embargo a veces parece que el compositor ha preferido buscar  las acentuaciones más propias de las fiestas folclóricas, me refiero al tres por cuatro, que los acentos que distinguen y diferencian a los compases flamencos anteriormente citados.

En cuanto a la melodía el propio Sanlúcar citó la importancia de de la obra de Manuel de Falla en la consecución de una música sinfónica andaluza y en este aspecto se nota mucho la influencia del citado pianista en esta obra pareciendo en muchos momentos continuadora de este sonido, creador de ambientes sonoros muy relacionados mentalmente con lo andaluz.

El resultado es una obra de agradable degustación musical, instintivamente los paisajes andaluces están presentes, permitiéndonos galopar a caballo por la serranía sevillana o pasear por las ruinas romanas de Cádiz entre otros, aunque a veces nos parezca que estamos oyendo algo que ya conocíamos.

Siempre se habla del sentimiento de inferioridad que el flamenco tiene al compararse con otras músicas estimadas como cultas y del ansia que existe de desvincular al flamenco de la subcultura  andaluza para su engrandecimiento y es precisamente ahí hacia donde van dirigidos los intentos de asociación entre la música sinfónica y la flamenca que hace Manolo Sanlúcar. Lo cual es una loable labor. Sin embargo creo que este es un sentimiento caduco ya que cualquier persona amante de la música sabe que entre esas llamadas “músicas cultas” el flamenco ocupa un lugar privilegiado.

 


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