José Manuel Gómez Gufi
Salió Diego del Morao diciendo que el escenario del Berlín es como su casa y que no piensa volver hasta que no tenga disco nuevo. No es raro, el club ha fraguado su leyenda con muchas noches de música, la jam de los miércoles, los encuentros con los mejores guitarristas y músicos de la ciudad y parte del extranjero. A Diego le hemos visto con cantaores y con guitarras y siempre ha encontrado el eco de su música y el contraste de la música de los otros.
Y estamos necesitando un disco nuevo del Morao, tanto como el salario mínimo o “el tumbao que tienen los guapos al caminar…” luego contó que estaba ahí para presentar a uno de sus guitarristas favoritos, su primo carnal Pepe del Morao. “Es pa´ quitarme presión” dijo y le vimos más relajado que nunca hasta que comenzó a sacar los prodigios de la guitarra. Primero abstracción, luego compás con el añadido de Sabu Porrina y José del Paquete a las percusiones.
Le dedicó las seguiriyas al padre del último mencionado, es decir a Juan José Suárez Paquete y aquello sonó a la historia del arte contemporáneo (del “El Grito” de Munch al “Guernika” de Picasso). Sólo “los más grandes” reconocen el talento de los mejores. Da gusto escuchar a Diego y esa noche más. Dijo que que iba a acordarse de su padre (Moraito Chico) por bulerías y lo hizo a lo grande, ensanchando su música, haciéndola crecer, respirando el soniquete “made in Jerez” con un cuarteto de palmeros y muchos Porrinas en las percusiones. Tienen las bulerías de Jerez ese “plus” que conecta con la música de Mali y con la de Nueva Orleans, con el trance gnawa y con el trance de Jimi Hendrix. Pero no te puedes pasar la vida escuchando soniquete en el móvil, lo suyo es el directo, ahí es donde las bulerías se convierten en el mejor vehículo para una experiencia inolvidable.
Hubo descanso antes de la aparición de Pepe del Morao que salió desde el minuto uno acompañado al compás por el cuarteto de palmeros, pidió más reverb a la guitarra e hizo una hermosa presentación enigmática ayudado por el mecanismo (la reverb) pero eso se volvió en su contra cuando la composición se fue dominada por el compás. Eso está resuelto desde los tiempos de Hendrix (como demostró esta misma semana Rycardo Moreno el teatro del Canal con un montón de pedales de efectos). Pepe demostró que tiene personalidad, además de las bondades familiares que distinguen a la saga.
Pepe y Diego hicieron un mano a mano precipitado ( como si estuvieran pendientes de otra cosa) y es que lo mejor estaba por llegar con David de Jacoba y Juan Antonio Salazar. El Ying y el yang, el día y la noche, la potencia frente al matiz, puro contraste. Comenzó David y en cuanto se entonó con el micro hizo gala de los matices del cantaor que venía después, los Moraos se alternaron en dar las replicas oportunas y entonces le tocó el turno a Juan Antonio Salazar, probablemente el artista que más veces ha intervenido en la jam de los miércoles del Berlín junto al inventor y coordinador del asunto: Diego Guerrero primero y Bandolero en las dos últimas temporadas. Total que fue entonarse Salazar y ocurrir el milagro de lo jondo, de lo que merece la pena. La guinda a una noche fabulosa.
Fotos & videos: MJ. Lara (@mj.lara.flamenco)