Montse Cortés / Paco Heredia en la Peña el Taranto de Almería

Montse Cortés y Paco Heredia

Peña El Taranto, Almería
Viernes, 16 de noviembre, 2007, 2200h

Texto: Rubén Gutiérrez
Foto: Enrique Capilla

CON LA MIEL EN LOS LABIOS

Pocas veces tenemos la oportunidad de disfrutar un recital de Montserrat Cortés Fernández. La barcelonesa, hija de gitanos granadinos, se ha prodigado en multitud de colaboraciones con figuras de la talla de Miguel Poveda, Juan Habichuela o Antonio el Pipa. Pero sin duda es digno de mención que lleva varios años actuando con Paco de Lucía en su gira de “Cositas Buenas”.

Todo ello era gancho más que suficiente para que acudiésemos a la llamada de las decanas de las peñas flamencas almerienses. Si a ello le unimos que su sede se encuentra en unos aljibes árabes de casi un milenio de antigüedad, pues el éxtasis flamenco estaba más que servido, toda vez que la acústica de este espacio es muy especial y de sobra conocida por las grandes figuras que han pasado por el mismo. Jairán nos legó sus aljibes para el arte jondo, y los artistas como Antonio Mairena, Camarón o Chick Corea así se lo han agradecido a la afición almeriense.

Pero vayamos al cante de Montse, cuyo quejío tanto nos seduce, en particular con esa forma de interpretar los cantes gitanos. Su inicios en los tablaos le conducirán posteriormente al compañía de Antonio Canales, pero en esta su primera visita a la Peña El Taranto comenzó su recital por cartageneras donde también exhibe la dulzura y el melisma de su cante. Continuaría por tientos, y sale toda su naturalidad por soleá cuando pide una pinza del pelo al público para interpretar a gusto la soleá de Alcalá. La guitarra no supo estar a la altura del recital que ofreció la del Barrio de la mina, pero el hecho de haber trabajado con artistas de la talla de Sara Baras o Joaquín Cortés hace reponerse a la cantora que nos ofrece una buena interpretación de una seguiriya con cambio.

Por tangos sale su raza entre cantes de la Repompa, mejor dicho, de la Pirula, y los ecos de Extremadura como buena seguidora del genio de la Isla que es Montse, rematando por Graná. Y llegarían las bulerías, con recuerdos igualmente a Caracol y cómo no, a ese sabor que inunda el Barrio de la Chanca, y es que la cantaora también se ha codeado con Tomatito en varias giras. Lástima que no podamos verla más a menudo en esta faceta de cantaora p’alante y nos tengamos que conformar con sus discos «Alabanza» (Sony, 2000 ) y  “ La Rosa Blanca ” (Javier Limón, 2004).


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