Texto: Estela Zatania
Fotos: Jean Louis Duzert
Sábado, 23 de enero, 2016. 20h. Teatro Bernadette Lafont, Nimes (Francia)
Miguel Poveda clausura el Festival de Nimes
Cante: Miguel Poveda. Guitarra: Dani Casares. Percusión: Paquito González. Cante y compás: Miguel Ángel Soto «Londro». Palmas: Carlos Grilo, Diego Montoya.
Ayer sábado, el Festival Flamenco de Nimes llegó a su final después de 8 días de emociones, sorpresas y una espléndida convivencia que cada año hace que este evento sea uno de los más importantes de su naturaleza.
Una ultima charla, «Toros, Flamenco y Olé! (Acte V)» por Jacques Durand y Jacques Maigne cerró la serie de conferencias. A las cinco de la tarde, como los toreros, abordó su recital acústico de cante el joven José Ángel Carmona al que hemos visto en el atrás de las mejores compañías, en el Institut Emmanuel d'Alzon. Sin guitarrista, con el único acompañamiento de su propia mandola y la discreta percusión de Agustín Diassera, Carmona valientemente lanzó su voz potente al silencio del espacio. Tiene afición e inquietudes, y un decir y fraseo deliciosa y sensiblemente caracoleros. Ofreció un repertorio poco convencional, ambientado por el sonido orientaloide de la mandola. Pregones y soleá, cante minero con bulería, fandangos, cantiñas, tango azambrado, malagueña y abandolao, bulerías que recordaban al Lebrijaño…lo que armó él solito con su compás, sus conocimientos y su expresiva voz.
A las ocho de la tarde, al teatro grande, llegó don Miguel Poveda para dejar nuevamente constancia de su arte y su poder comunicativo. Desde el 2010, en la ocasión del vigésimo aniversario del festival, el cantaor no figura en el evento. Se me hace un nudo en la garganta cuando recuerdo que en aquella ocasión le acompañó el querido Moraíto.
Una estruendosa ovación recibe a Poveda cuando aparece en el escenario. Su «star quality», calidad de estrella, es una constante, ya no tiene que abrir la boca siquiera, es querido y admirado por el público sólo por ser él mismo.
Esta vez, es un espectáculo más informal que hace seis años. Algunos elementos del repertorio no han cambiado: con la malagueña y abandolao y las cantiñas, ya el público le pertenece, hay una perfecta comunicación, y Miguel la aprovecha para manifestar su sincera solidaridad con las víctimas del terrorismo.
Un componente nuevo del círculo de Miguel Poveda es el guitarrista esteponero Daniel Casares. Solista consolidado, es un gran profesional cuyo tema minero fue todo un éxito con el público nimeño. A continuación, Poveda interpreta siguiriya y cabal, antes de entrar en un surtido de tangos y su fantasiosa pataíta por tangos de Triana. Artista polifacético y generoso, sincero, sin complejos; un animal escénico en todos los sentidos. Habla de la destrucción de Triana y su ambiente flamenco, y ofrece «un pequeño homenaje a Lole y Manuel», que es un popurrí de sus temas. «El sol joven y fuerte…» nos transporta directamente a los años setenta, el auge de la fama de la mítica pareja.
La habitual protesta contra el IVA en España del 21% correspondiente a espectáculos, conduce a casi media hora de charla amistosa con el público…anécdotas, comentarios que si Jerez, que si Cádiz…pero el saber estar de Miguel le devuelve al hilo flamenco con un dilatado fin de fiesta en el que participan todos, incluidos el cantaor palmero «Londro», los palmeros Carlos Grilo y Diego Montoya y el percusionista Paquito González.
Un final espectacular para un evento que no es para menos.