Miguel Angel Cortes – 'Bordon de Trapo' – Dani Mendez / Arcángel – Jueves Flamencos Fundación el Monte –

 

Miguel Ángel Cortés
«Bordón de Trapo»

Jueves Flamencos de la
Fundación El Monte

Jueves, 1 de febrero, 2007. Sala Joaquín Turina, Sevilla

LA ESENCIA

Rubén Gutiérrez
Fotos: Paco Sánchez

Guitarra: Francisco Arcángel.

BORDÓN Y CUENTA NUEVA

El buen gusto con el que está confeccionado el cartel de este ciclo de los Jueves Flamencos sevillanos se ha puesto una vez más de manifiesto con la actuación del guitarrista Miguel Ángel Cortés. La alternancia del cante, baile y toque dentro de la programación, no hace sino confirmar la buena salud de la que goza el flamenco, y el granadino ofreció un recital que podríamos considerar heterodoxo.

Miguel Ángel Cortés vino a presentar su último trabajo discográfico “Bordón de Trapo”, que, producido por Gerardo Núñez, ha supuesto un gran giro en la carrera musical del granadino. Estamos acostumbrados a disfrutar de su gran clase con la bajañí acompañando a la flor y nata del cante flamenco, aunque también hemos podido deleitarnos de su toque junto con sus hermanos. La familia Cortés es una de las grandes herederas del toque del Sacromonte que dejaba embelesado al compositor ruso Glinka cuando escuchaba al Murciano allá por el siglo XIX.

Con el tema homónimo del nombre del disco comenzó un recital por granaína. Miguel Ángel solo en el escenario se enfrenta a su capacidad compositiva, y prueba de ello es este tema donde la granaína se va transformando, pasando por la taranta, hasta llegar a la bulería. Una transformación que no se debe al embrujo de la luna mora de la Alhambra, sino a la inquietud de este maestro de la guitarra. Pocas veces podremos ver un dominio de la mano izquierda como la que presenta Miguel Ángel, que nuevamente se pone de manifiesto en el siguiente número. En esta ocasión por guajiras, donde esa mano izquierda llega a convertirse en un “slide”, ese pequeño tubo metálico que utilizan guitarristas de corte blusero, jazzísitico o rockero. Así mismo, la mano derecha no se queda corta, sorprendiendo el manejo de los arpegios a modo de un ostinato rítmico, cual bajo continuo barroco, que va marcando la senda por donde se desarrolla el tema. Las armonías empleadas empiezan a dar muestra de que ese toque del Sacromonte se encuentra muy evolucionado con las aportaciones de los otros estilos musicales comentados.

Gran solvencia técnica, domino del compás y una velocidad endiablada

Se incorpora la percusión para el siguiente tema “Viento del Sur”, unas alegrías de corte clásico que vuelven a evidenciar la gran técnica de Miguel Ángel. Pero llegaría la revolución al incorporarse Dani Méndez al escenario. El de Morón está llamado a ser alguien en el panorama flamenco y Miguel Ángel lo ha acogido en su seno, ansioso de nuevas experiencias. El resultado son “Abadía” y “Salaílla”, unos tangos y unos tanguillos respectivamente, donde las disonancias y enarmonías son constantes. A ello tenemos que unir que Dani Méndez no es un guitarrista al uso y nos sorprende cuando deja la guitarra y se abraza a una mandola, pero no para puntearla, sino para tocarla con la misma técnica que la de la guitarra flamenca. Yo nunca había observado algo así.

Cuando uno contempla cosas así, lo más fácil es criticarlas diciendo que eso no es flamenco, o que el flamenco se está muriendo, disparates de ese tipo, aunque es más cierto que la propuesta de estos dos guitarras debe ser un poco más trabajada. Hubo una serie de imprecisiones entre la percusión y las cuerdas, y por muy modernos que queramos ser, si no cuadra el compás, sí podemos decir que no estamos ante un estilo flamenco.

Las inquietudes de estos guitarristas deben ser admiradas, pero la intención no es solo lo que cuenta, hay que llevarla a la práctica acorde a la calidad artística que cada uno ha demostrado a lo largo de estos años. Paco de Lucía o Camarón fueron muy criticados cuando innovaron, yo también quiero apuntar que no cejen en el empeño de lo que nos quieren ofrecer. Nuestros oídos todavía hacen un poco de asco, pero ya les llegará el momento.

La familia Cortés es una de las grandes herederas del toque del Sacromonte

El rumbo del recital se orienta de nuevo hacia la ortodoxia con una bulerías de corte jerezano, donde Miguel Ángel exhibe con gran solvencia su técnica, en especial el domino del compás y la velocidad endiablada de la ejecución. Un solo, pero la percusión sigue siendo excesiva, dos cajones, un djembé, un bendir, cascabeles, evocan más a los caballos que al toque jerezano. Todo lo contrario ocurre con la seguiriya que interpreta a continuación. Se queda solo en el escenario, pero acompañado por su personalidad y desafina la sexta cuerda para interpretar la pieza en Re.

Es en este momento Miguel Angel da las gracias a Sevilla, ciudad donde lleva un buen tiempo dando clases y forjando nuevos guitarristas, y también al público, que por cierto no llenaba el aforo de la sala Joaquín Turina – cuando hay un derbi Sevilla-Betis la ciudad sólo piensa en fútbol. Presenta a sus compañeros y llega a decir sobre Dani Méndez que es su mano derecha.Ahora entendemos donde se halla el secreto de tanta evolución, y como no, invita a la escena a un cantaor con el que lleva varios años disfrutando las mieles del éxito, Arcángel.

“Limón Amargo”, una composición a medio camino entre el cuplé por bulerías y la soleá, y unos fandangos alosneros, especialidad de casa Arcángel, es el granito de arena del onubense en este espectáculo. Su presencia hace brotar al mas tradicional Miguel Angel Cortés, y es que como hemos dicho anteriormente, para el acompañamiento el granaino es una de las mejores bajañís del momento. De este modo, los melismas de Arcángel nos conducen al fin del espectáculo que nos deja un regusto un tanto extraño. Hemos disfrutado de pasajes buenos, pero de otros que todavía no estamos preparados para entender. Démonos tiempo, que hay guitarrista para rato, pero el público no solicitó un bis, cosa extraña en Sevilla.

 



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