Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
MARÍA TERREMOTO, CARMEN GRILO
Palacio Villavicencio, 1900h
Especial XX Festival de Jerez. Toda la información
MARÍA TERREMOTO, CARMEN GRILO
Palacio Villavicencio, 7:00pm
El flamenco jerezano es cuestión de familias. Conoces a algún cantaor, y lo más probable es que después de decirte su nombre, a continuación te diga de qué familia procede, aunque sea un primo lejano. La tarde de lunes, en el Palacio Villavicencio, el espacio íntimo reservado a los recitales acústicos, cantaron dos jerezanas que pueden presumir de estirpe, cada una a su manera.
Jerez ha visto crecer a María Terremoto, hija y nieta de extraordinarios cantaores. Recuerdo a la pequeña en el 2004 cuando entrevisté a su padre, y ella, indiferente, sólo quería salir a jugar. En el 2009, en la ocasión de la última actuación de Fernando Terremoto en la peña nombrada por su padre, Terremoto de Jerez, escribí lo siguiente: «El recuerdo imborrable de Fernando que le pidió a la niña que le cantara a su baile de él, y la tímida chiquilla que no quería, pero Fernando insistió tiernamente, y la niña sacó una voz que te hizo creer que realmente esto está en la sangre de alguna manera, y el padre bailó, y la hija le cantó: 'A quién le cantaré yo, le cantaré a mi pare, que tengo la obligació', y ni un ojo seco, amigos.»
Siguiente parada (después otras diversas por el camino): Peña Chacón, año 2015. La niña, ya crecida pero tímida aún, interpretó tres o cuatro cantes, verde, y consciente de lo que la gente espera de ella. Meses después, participa en Madrid de la zambomba de Diego Carrasco, y empieza a notarse que María Terremoto asume su destino.
Anoche en el Villavicencio, escoltada por la guitarra siempre interesante de Manuel Valencia, hemos visto a una joven de 17 años, con pinta de poder llegar lejos. Elegantemente vestida de negro, con grandes zarcillos de coral, envuelta en un hermoso mantón de Manila y luciendo moño prieto, era el retrato perfecto de flamencona y cantaora. Plácida y serena, empezó con malagueñas, seguidas de tientos tangos. «Hablo con mi Dios y le digo, que mentira parece lo que tú has hecho conmigo», provoca un nudo en la garganta de la que escribe.
A ratos te recuerda en el cante al padre o al abuelo, y luce algún detalle del flamenco pop, como es propio de su edad. Pero tiene personalidad propia. Fandangos, con el popular «Malvaloca» tan jerezano. Luego, se pone de pie para bulerías cortas y de cuplé, con pataíta incluida, y Jerez ya puede presumir de una nueva voz femenina.
La cantaora Carmen Grilo, hermana del bailaor Joaquín y del guitarrista y palmero Carlos, se hizo cargo de la segunda mitad del recital. La joven veterana lleva años cantando a Joaquín y otros bailaores, además de haber colaborado con Manolo Sanlúcar o Miguel Poveda. En el Villavicencio, acompañada por la guitarra de Juan Requena, Giraldillo de la Bienal de Sevilla, empezó con una especie de homenaje a Lole y Manuel. A continuación, tientos tangos, soleá a compás vivo, y Requena, pendiente de cada nota en todo momento. Después de unos fandangos, hay grandes aplausos cuando suben al escenario Joaquín Grilo y David Lagos para hacer compás por bulerías, y la atmósfera se enciende cuando Joaquín aporta su pincelada de baile.