Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
XVIII FESTIVAL DE JEREZ
Marco Flores «Laberíntica»
Sara Calero «El mirar de la maja»
Domingo, 2 de marzo 2014. Jerez de la Frontera
Especial XVIII Festival de Jerez – Toda la información
SARA CALERO “EL MIRAR DE LA MAJA”
Sala la Compañía, 1900h
Siempre he pensado que el logro más admirable en cualquier expresión artística es hacer algo absolutamente original sobre una base absolutamente tradicional. Cualquiera es original si trabaja sin restricciones de ningún tipo, pero luego al resultado le puede faltar fundamento.
Por este motivo el triunfo de Sara Calero con su obra “El mirar de la maja” es tan digno de admiración. Es obvio que la artista domina un completo registro de las formas de danza española y baile flamenco, es técnicamente completa y pulida y posee la creatividad de actualizar el género desde la inteligencia y buen gusto.
Desde el comienzo, cuando Calero se ve sentada en un taburete…¡envuelta en plástico!…plástico que parece un capullo de mariposa que ella misma va cortando desde dentro, piensas “pero bueno…¿qué estamos viendo?” Y sólo sobre la marcha, según vas dándote cuenta del ánimo de refrescar y remozar las formas antiguas, tiene sentido aquel comienzo.
La sorprendente Gema Caballero, mucho más que poner la voz, es pieza imprescindible y no desmontable. Calero y Caballero, ese es el núcleo de esta obra, con el acompañamiento de Fernando de la Rúa a la guitarra flamenca, y Pablo Romero Luis a la guitarra clásica. Cuatro intérpretes para una obra excepcional.
“Goyescas” de Granados, que estaba de moda en las compañías de baile y danza hace décadas, ahora es interpretado por Sara Calero como no lo has visto bailar nunca. Es como viajar en el tiempo con una artista que no entiende de épocas, sino de arte.
Y Gema. Cada vez más asombrosa. Posee el decir blanco que vuelve a estar de moda, pero lo entrega sin ánimo de reivindicación. Es una joven que canta así en el año 2014 y te pone el vello de punta con su flamencura. Una zambra caracolera para el baile de Sara con chin-chines, una especie de danza mora, otra “recuperación”. Enlaza bien con los tangos de Granada cantados por la granadina Gema. A continuación, esta sorprendente cantaora, sola y delante, despacha una mezcla de cante y verso recitado como no se ha visto desde los tiempos de Marchena o el Pinto, una auténtica proeza.
Sara Calero vuelve al escenario para bailar la caña tocando los palillos con extrema sutileza, como una caricia para el oído. Solo de guitarra lírica, más danza, alegrías con tintes de jota con saltos y rodillazo incluidos nos recuerda la relación entre ambas formas, y la última escena es la bailaora bailarina en un body de color carne que simula desnudez, untándose el cuerpo de pintura oscura.
Una propuesta casi perfecta en la que la única queja que tengo es la insuficiente iluminación.
MARCO FLORES “LABERÍNTICA”
Sala la Compañía, 2200h
Baile: Marco Flores, José Maldonado, Jonathan Miró, José Manuel Álvarez, Rubén Puertas. Percusión: Quique Terrón. Guitarra: Antonia Jiménez, Jesús Núñez. Cante: Mercedes Cortés, Inma Rivero, Fabiola Pérez. Dirección artística y coreografía: Marco Flores. Dirección escénica y coreografía: Juan Carlos Lérida. Música original: Antonia Jiménez, Jesús Núñez, Paco Cruz, Pablo Suárez, Jesús Torres, Quique Terrón.
Hace tiempo que Marco Flores nos ha dejado conocer su genio y capacidad. “Laberíntica” es la segunda obra con compañía propia. Si “De Flamencas” fue un brillante viaje por los caminos de lo jondo con una visión contemporánea, en “Laberíntica” es danza contemporánea teñida de flamenco. Un paso hacia “el otro lado” del que posiblemente sea el responsable el director artístico y coreógrafo, Juan Carlos Lérida que describe esta evolución como “un gran salto de Marco Flores como artista”. El mismo Flores ha hablado en ocasiones de una “nueva etapa”.
El humo y la negrura, poca luz. Movimientos geométricos. Las tres voces femeninas aportan el calor: Mercedes Cortés, Inma Rivero y Fabiola Pérez hacen un trabajo estupendo a lo largo de la obra. Y pensar que hace cuarenta años se decía que las mujeres no servían para cantar para baile. Hablando de lo cual, la guitarrista Antonia Jiménez define toda una manera nueva de acompañar cante, haciendo poco caso de los acordes convencionales, dibujando zonas desconocidas que siguen siendo flamencas en concepto. El fondo de percusión que pone Quique Terrón también se aleja bastante del socorrido cajón, y hace contraste con el cante clásico de las cantaoras.
Marco baila por taranto, haciendo maravillas. Cartageneras, tangos lentos de Granada… fascinante soleá por bulería que bailan los cinco hombres con excelente arreglo de voces, quién lo fuera a decir, un coro por soleá. Insinuaciones fuertemente eróticas en la caña, petenera con acompañamiento novedosa de Antonia, la reina de las disonancias inteligentes.
Un largo baile contemporáneo corta la intensidad, pero luego Marco nos regala su baile absolutamente sublime por bulerías, lleno de sutileza flamenca; provoca emocionados oles con un simple movimiento de la mano.
Todo pudo haberse terminado después de las bulerías, pero todavía hay pregones y martinete para el baile de los hombres, y todo acaba en la siguiriya del cuco cantada por Fabiola.
Marco Flores – Laberintica – Festival de jerez
Sara Calero «El mirar de la maja»