Clamoroso estreno de «Muerta de amor»
Noche de gala de esas en las que se presienten sucesos memorables; de los murmullos del estreno pasamos al clamor del primer cuadro que dejó claro que al personal le gusta Manuel Liñan que hizo de su espectáculo «Viva» un acontecimiento más allá del flamenco y la danza.
Liñán es un coreógrafo fabuloso y un bailaor superlativo, aquí ha colaborado con Ernesto Artillo (director de Tablao) que ha dejado su marca en la escenografía y en el vestuario.
Se abre el telón y vemos el escenario roto por el audaz minimalismo de una escenografía que deja fuera de la escena a los músicos situados en fila en un lateral; de manera que vemos, de perfil, al guitarrista y tres o cuatro cabezas más.
Siete bailarines vestidos de negro se sitúan frente a siete micrófonos en posición de Locomía. Uno piensa: «Como ahora saquen unos abanicos… me quedo muerta».
-Ufff, salvados.
Una mujer de luto y mantilla canta una copla de esas. desgarradoras. Se desliza fuera de un cuadro que se mueve a cámara lenta y ocurre el primer milagro escénico uno de los bailarines canta mientras sus compañeros le amplifican la voz colocando los micros a la distancia adecuada. Hablen con un fotógrafo que haya sobrevivido a los conciertos de los años ochenta y contará que los micrófonos eran la tortura permanente para su arte.
Yo vengo de ahí y focalizo al cantante que está detrás del micrófono al que le quitan los tacones y le descubrimos en bailarín neo-clásico. Al rato vuelve a cantar sin micro y le escuchamos jadear. ¿Un playback? descarto la idea, eso es más complicado que hacerlo en directo con un mini-micro de petaca. Intento agudizar mi vista maltrecha (incapaz de leer la letra pequeña del programa) imposible discernir si lleva micro o no. Me quedo con la duda sobre los micros que funcionan y los que son de adorno. Da igual, el prodigio es el mismo, todo se escucha fetén, el clamor crece.
Liñán es el protagonista que avisa desde las notas al programa: «Enamórate tío, bailas mejor». Se Interpreta a sí mismo. Aparece una silla, se sienta y mira satisfecho a Juan Tomás de La Molía que baile tan dulce y tan emocionado que tropieza y cae. Manuel ríe, una nota que se falla en un espectáculo impecable. El bailaor se recupera y lo borda.
Los músicos se multiplican en sus tareas, suena la de «la fruta colorada» y otra que también cantaba Morente «En un sueño viniste» que adaptó del poeta andalusí Al-Mutamid. Y suena una rumba de tablao en el código de Bambino y, de repente, reconozco a esa mujer, que parece un castillo, y que una vez me hizo llorar de la emoción en Nueva York y a la que hemos escuchado en el Corral de la Morería: Mara Rey que se come el escenario y a los bailaores. ¡Brava!
«Me ha encantado la farruca que baila Liñán con José Maldonado» me dice mi colega, a estas alturas no soy capaz de distinguir los palos, voy intentando memorizar a cada bailaor para la próxima ocasión que vea el espectáculo.
Se acerca el final y Liñán va desnudando a sus bailaores para hacerse una falda con los pantalones de uno, la camiseta de otro y así nos muestra los pedazos que se lleva del amor y del baile. ¡Y cómo baila Manuel Liñán! Imponente y preciso con los pies, imperial en los brazos. A ratos en el rol de hombre, infinito en el arrebato de mujer.
¿Recuerdan lo que se decía de Carmen Amaya? que bailaba vestida de hombre, como un hombre…pues a Manuel Liñán le pasa lo mismo bailando como una mujer. Hay mil cosas más que no he contado y que ustedes/vosotros deberían disfrutar. Yo pienso repetir, quiero disfrutar más y mejor de cada cante y cada baile. Como casi todos los espectadores.
LOS HOMBRES MASCULINOS
En estos tiempos en los que un sector varonil confunde su masculinidad con el fascismo y la velocidad con el tocino… es un gozo ver una obra de arte mayúscula que nos remite a los grandes coreógrafos de nuestro baile como Antonio Gades que pensaba a lo grande y que llevó su baile al cine y a los grandes recintos. Yo ví a Bejart y a Gades en un palacio de los deportes, ahora me disgusta esa idea y prefiero pensar en que Manuel Liñan está cerca de hacer temporada en la Gran Vía aunque me da la impresión de que antes triunfará en Broadway. Nueva York.
También hay gente a la que no le llega, que no disfruta como yo. Hay tipos a la que no le gusta «West side Story» o «Cantando bajo la lluvia» que no se conmueven viendo a un hombre bailar y que se identifican más con el Rey León o con los videos de gatitos. Nada que objetar.
MUERTA DE AMOR. teatro del canal. Madrid. Estreno.
Dirección: Manuel Liñán
Acompañamiento creativo: Ernesto Artillo
Coreografía: Manuel Liñán – Coreógrafo invitado: José Maldonado
Artista invitada: Mara Rey
Baile: Manuel Liñán, José Maldonado/ Alberto Selles, Juan Tomás de la Molía, Miguel Heredia, José Ángel Capel, David Acero, Ángel Reyes
Cante: Juan de la María, Guitarra: Francisco Vinuesa, Violín y violín sintetizador: Víctor Guadiana, Percusión: Javier Teruel
Música original: Francisco Vinuesa
Espacio sonoro, arreglos y folclore: Víctor Guadiana
Asesoramiento musical: Javier Teruel
Diseño de vestuario: Ernesto Artillo
Diseño de escenografía: Manuel Liñán, Ernesto Artillo y Gloria Montesinos
Realización de escenografía: Readest montajes
Diseño de iluminación: Gloria Montesinos A.a.i.
Técnico de iluminación: J. M. Pitkänen
Diseño de sonido: Ángel Olalla
Maquinaria y regiduría: Octavio Romero
Asistente de producción y tour mánager: Inés García
Guía espiritual: Iván Baba
Producción ejecutiva, management y distribución: Peineta Producciones/Ana Carrasco
Con el apoyo de la Comunidad de Madrid
Espectáculo creado en residencia In Progress de Flamenco Festival y Ayuntamiento de Torrox
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