Jueves
Flamencos de la Fundación El Monte Manolo Sanlúcar
“Tres momentos para un concierto”
Jueves, 9 de noviembre, 2006. 2100h. Sala Joaquín Turina.
Sevilla
Texto: Rubén Gutiérrez
Guitarra: Manolo
Sanlúcar. Segunda guitarra: David Carmona. Cajón:
Jorge Aguilar. Voz: María Toledo.
La pasada noche del jueves 9 de noviembre de 2.006
se ponía en marcha una nueva edición del ciclo
que la Fundación El Monte desarrolla en su coliseo
de la sevillana calle Laraña, bajo el nombre de “Jueves
Flamencos”. Será un total de veintidós
entregas cargadas de una buena dosis de flamenco en todas
sus vertientes, cante, baile y toque. Bajo la dirección
artística de Don Manuel Herrera, ex director de la
Bienal de Sevilla, se ha confeccionado un cartel que muchos
festivales quisieran. Grandes figuras del momento junto con
jóvenes valores se darán la mano a lo largo
de estos meses en la Sala Joaquín Turina.
Para inaugurar esta nueva temporada de recitales nada más
y nada menos que una de nuestra mejores guitarras flamencas
de concierto de todos los tiempos. Manolo Sanlúcar
sólo ha tenido que remontar el rio Guadalquivir para
deleitarnos con un espectáculo, que bajo el nombre
de “Tres momentos para un concierto”, recoge una
serie de temas de su larga trayectoria musical, que podemos
considerar hit parades flamencos. De este modo, y acompañado
de un jovencísimo David Carmona a la segunda guitarra
y de Jorge Aguilar al cajón, pudimos degustar las melodías
morunas de “Aljibe”, composición que a
lo largo de muchos años ha sido una sintonía
que nos ha acompañado en radio y televisión
continuamente.
El recital, obedeciendo a su nombre, presenta temas de tres
etapas bien diferentes del tocaor, y el de Bajo de Guía
desanda su carrera musical ofreciéndonos temas de diversas
producciones discográficas. Especial relevancia ha
tenido en la historia del flamenco su trabajo “Tauromagia”,
considerado por algunos en su momento como un gran giro de
tuerca del panorama musical flamenco. Temas como la bulería
“Tercio de Baras” ponen de manifiesto las inquietudes
que este maestro de la bajañí ha tenido a lo
largo de la vida. Sin duda alguna es un virtuoso de la sonanta,
aunque los años no pasan en balde, y hay momentos en
que la gran velocidad con que ejecuta las combinaciones de
escalas se ven ligeramente mermadas en calidad, aunque sus
arpegios y trémolos siguen destacando por su gran musicalidad.
Armónicamente Manolo Sanlúcar se empeñó
en revolucionar la guitarra, y lo consiguió, con continuos
guiños a desafinaciones y a ejecuciones de acordes
a modo de otras músicas tales como el jazz o la bossanova.
Armónicamente Manolo Sanlúcar
se empeñó en revolucionar la guitarra, y lo
consiguió
Manolo Sanlúcar (foto: Rafael Manjavacas)
Contamos también con la presencia de la cantaora Maria
Toledo, que prestó el negro metal que atesora para
interpretar los versos de Federico García Lorca, en
los que el maestro Manolo Sanlúcar se inspiró
para componer su álbum “Locura de briso y Trino”,
otro experimento de la factoría de los hermanos Muñoz,
donde los estilos flamencos se van mezclando, donde el cante
tañe bajo una melodía que no se corresponde
con los patrones rítmicos que marca el cajón,
mientras que las guitarras desarrollan sus fantasías
flamencas.
Una buena velada flamenca que congregó a gran parte
de la afición sevillana, que tras la edición
de la última bienal, necesita refrescar su pasión
por este arte, de hecho quedaron muy pocas butacas libres.
Fue emotivo el momento en que el tocaor dedicó uno
de sus temas a don José Manual Suárez Japón,
gran aficionado y actual Rector de la Universidad Internacional
de Andalucía
Terminaría el concierto, que no el recital, con temas
por alegrías y caña inspirados en la obra pictórica
del sevillano Baldomero Romero Ressendi, que según
se desprende del programa de mano, formarán parte de
un nuevo álbum del maestro que saldrá al mercado
el año que viene.
Al de Sanlúcar se le veía sombrio, y no terminaba
de sentirse agusto con el equipo de sonido a lo largo de la
velada, y es que si unimos que en los últimos tiempos
ha sufrido la desaparición de un hijo querido, junto
con el fallecimiento de su admirado padre, hacen del artista
un ser preocupado por la muerte, como así lo manifestó
en los bises, dedicando su tema “Oración”,
a los niños que recientemente han fallecido en Gaza.