Título: Reverso. Baile: Macarena López. Colaboración al baile: Iván Delgado del Río. Cante: Ángeles Toledano y José Luis Pérez- Vera. Guitarras: Francis Gómez y Benito Bernal. Percusión: Lito Mánez. Colaboración artística y coreografía: Estévez & Paños. Dirección musical: Arcángel y Francis Gómez. Lugar: Museo del Atalaya. Festival de Jerez. Fecha: Domingo 20 de febrero.
Desde que la descubrimos con la compañía de Estévez&Paños -primero en ‘Flamenco Hoy’ de Carlos Saura y luego en proyectos como ‘La Consagración’, ‘Bailables’ o ‘El Sombrero’- encontramos en Macarena López una imponente robustez y una sorprendente solvencia para las complejas coreografías que la hizo destacar también en su etapa como solista del Ballet Flamenco de Andalucía. De ahí la expectación generada con ‘Reverso’, su estreno en solitario en el Festival de Jerez en el que, como ella misma explicó días antes en rueda de prensa, “quería exponer todas las corrientes dancísticas que he ido explorando hasta ahora”.
Así, apareció la sevillana con una propuesta sobria en estructura, escenografía y vestuario en la que las influencias flamencas (por petenera, cañas, tangos o alegrías) se intercalaban con otras piezas y recursos de la danza clásica y contemporánea. Buscando narrar “una fantasía entre tradición y vanguardia”, como dice el programa de mano, que sigue la estética y el imaginario de sus mentores.
En este sentido, la obra, de buena factura y pulcra ejecución, ahonda en ese baile recio y áspero que habíamos advertido en la artista. Sin embargo, salvo algunos interesantes detalles, apenas logramos vislumbrar novedades que prometieran necesarias sorpresas.
Es decir, aquí Macarena López desarrolla junto a los suyos (Arcángel, con quien cerró la pasada edición de la cita jerezana en la dirección musical; el bailarín Iván Delgado del Río “con quien he crecido artísticamente”; y habituales de su elenco como el cantaor José Luis Pérez Vera o el guitarrista Francis Gómez) un medido y cómodo guion que le permite moverse de manera segura y sólida porque huye del riesgo y evita cualquier asomo al abismo.
‘Reverso’, por tanto, es una ópera prima inteligente que convence porque no falla, pero que tampoco ilusiona. Que incide más en el corte seco, percutivo, que en construir un espacio cálido. En lo reiterativo que en lo espontáneo. En lo preciso que en lo emocional. De hecho, López abusó de un gesto frío e invariable, centrando su baile en los hombros (sin manos) y repitiendo ciertos movimientos espasmódicos y giros que la alejaban de la frescura o el enternecimiento. De ese punch del que hablan los ingleses. En cualquier caso, nos quedamos con los claroscuros, con la complicidad de los pasos a dos con el soberbio Iván Delgado del Río, con el manejo de los silencios, con la juventud del elenco y con la fuerza rotunda de una bailaora que deseamos seguir viendo en otros registros.