Texto & fotos: Estela Zatania
Sábado, 25 de junio, 2016. 2230h. Colegio Salesiano, Utrera
Homenaje a Paco de Lucía
Cante: José Mercé, José Valencia, Manuel Amaya. Guitarra: Antonio Higuero, Juan Requena, Romerito, Raúl García. Baile: Farruquito con Antonio Villar, Pepe de Pura (voz), José Galván (guitarra). Pepa Montes con Ricardo Miño (guitarra), Vicente Gelo, Mari Peña (voz), Manuel Bellido, José Luis Vidal El Lebri (baile).
60º Potaje gitano de Utrera…y que cumpla muchos más
Un año más, la Hermandad de los Gitanos de Utrera ha logrado reunir fuerzas, ganas, recursos y energía suficiente para montar otra edición del decano de los festivales de flamenco. Y como a los seres humanos nos encantan los números redondos, esta edición ha sido especialmente significativa por ser la sexagésima, una admirable continuidad, especialmente en los tiempos que corren.
A veces los carteles prometen, pero luego decepcionan. Anoche, sin embargo, en el patio del Colegio Salesiano, cada uno de los artistas se entregó hasta donde pudo. Quizás fuera por ser Homenaje a Paco de Lucía, cuya desaparición en el 2014, se siente tan presente entre la afición. Hablaron personajes relevantes, como el guitarrista José Antonio Rodríguez, el cantaor Rafael de Utrera o el hijo de Paco, Curro Sánchez, entre otros, pero fue la presencia de Pepe de Lucía, hermano de Paco, que encarnó la tristeza, orgullo y amor que nos unen a todos en torno a la figura del maestro.
La veterana bailaora Pepa Montes abrió el programa de actuaciones con unas clásicas alegrías, y unas bulerías romanceadas, acompañada con la guitarra de su marido Ricardo Miño, y el cante de Vicente Gelo y la utrerana Mari Peña.
A continuación, el portento de José Valencia. Con su poderosa voz, rica en matices, ha logrado adaptar su decir y conocimientos al cante «de alante», sin baile. Cantiñas, soleá, siguiriyas y bulerías, una magnífica actuación que puso en pie a la casi totalidad de las dos mil personas que llenaron el patio. Juan Requena a la guitarra puso su parte con inteligencia y buen gusto.
José Mercé. Cómo le gusta a los aficionados criticarlo por su repertorio de canciones pop. Pero amigos míos, los cantaores hoy en día capaces de interpretar el cante flamenco con su nivel de entrega, haciendo que cantes réquete escuchados suenen frescos, y con un impresionante poder comunicativo, se cuentan con los dedos de una mano. Antonio Higuero a la guitarra, en plena forma, puso el sonido Jerez.
Utrera es jonda, festera y también rumbera, sin complejos. Después del reparto del potaje, suenan timbales que nos ubican al instante en el filin bambinero, pasado por la deliciosa sensibilidad de Manuel Amaya, que interpretó canciones de Bambino, además de otras suyas…rico rico.
El broche de oro de esta histórica edición del festival lo puso Farruquito, que vino con un grupo relativamente reducido. El genial bailaor sigue reinventándose, sin apartarse del camino marcado por el abuelo Farruco. Le acompañaron el polifacético José Gálvez, un secreto a voces en Jerez, y Romerito hijo a la guitarra. Al cante, Antonio Villar y Pepe de Pura, con Ané Carrasco a la percusión, escoltaron al bailaor por sus pellizcos y endiabladas combinaciones, llegando al final del fin de fiesta a las cinco y cuarto, con tiempo suficiente para buñuelos antes del viaje de regreso.