Texto y fotos: Estela Zatania
Cinco días de arte, compás y alguna que otra sorpresa
El viernes, 30 de agosto, tuvo lugar en Jerez de la Frontera la última cita de la serie “Viernes Flamencos”. Durante cinco semanas consecutivas, el cante, baile y guitarra han hecho temblar los históricos muros del patio de San Fernando del Alcázar.
La serie arrancó el día 2 de agosto con Mateo Soleá, un cantaor que sin ser figura mediática, siempre entrega su cante con la máxima dignidad y afición. Fue acompañado a la guitarra por Paco Lara que también respaldó al carismático Juan “el Torta”, figura principal de la noche, que entregó una actuación poco arriesgada que decepcionó a algunos, pero deleitó a los incondicionales.
El apartado del baile fue a cargo de Raúl Ortega con el cante de Sara Salado, Agustín Mancheño y Selu del Puerto. Los dos primeros bailes prometían poco, pero de pronto el joven encontró su hilo particular por alegrías, dejando al lado la fuerza de los pies y entrando en un espacio flamenco mediante una deliciosa combinación de sutileza con toques de ironía, y su original personalidad.
El siguiente viernes, día 9, el cantaor José Cortés, “Canela” hijo, abrió la velada con una rigurosa serie de cante clásico en la línea mairenera, con Miguel Salado a la guitarra. La jerezana Carmen Herrera puso el baile antes de la atracción principal, el veterano cantaor extremeño, Antonio Suárez “Guadiana”.
El 16 de agosto, con el calor todavía haciendo necesario el empleo de abanicos a las diez de la noche, el cantaor jerezano José Méndez, con Fernando Moreno a la guitarra, ofreció un correcto mini recital antes de entusiasmar a los presentes por bulerías. La bailaora Ana Morales, Premio de La Unión 2009, interpretó el taranto que le ayudó en su día a ser merecedora de aquel premio, además de unas alegrías, con el cante del Londro, y la guitarra de Jesús Guerrero. El admirado jerezano Luis Zambo, nuevamente con Fernando Moreno, se encargó de cerrar la noche con su clásico cante jerezano.
El penúltimo viernes de agosto, la noche empezó con un José de los Camarones en plena forma, con su cante rancio cálido que fue un grato descubrimiento para aquellos del público que habían acudido de fuera y no lo conocían. Fue acompañado a la guitarra por Domingo Rubichi. La bailaora Soraya Clavijo, Premio Nacional de Córdoba 2004, cumplió por soleá luciendo el estilo tranquilo que le caracteriza, acompañada por el cante del veterano cantaor Curro Fernández y Juanillorro, y Román Vicenti a la guitarra. Joaquín Jiménez, “Salmonete”, el cantaor que fuera joven promesa hace tantos años, ha quedado en una promesa que se ha cumplido a medias. Con cierto nerviosismo en la voz, no tuvo su mejor noche, pero tampoco la peor, y el público amigo se mostró agradecido.
El ciclo de los Viernes Flamencos llegó a su final el 30 de agosto con otra terna de artistas, y la excepcional presencia entre el público del maestro Paco Cepero. El cantaor José el “Mijita” acompañado por Miguel Salado, tuvo que luchar para ganarse los aplausos, pero al final sus bulerías de fuerte sabor a San Miguel, con elegante pataíta incluida, derritieron el hielo inicial. Al baile, Claudia Cruz vino con el excelente apoyo de Miguel Rosendo y Emilio Florido al cante, y la guitarra de Román Vicenti.
La voz fuerte, flamenca y comunicativa de David Lagos, con Pepe del Morao a la guitarra, puso el punto final de los Viernes. Después de abrir por tonás, tuvo detalles sabrosos y originales por alegrías, demostrando lo mucho que enriquece cantar para baile. Soleá por bulería, siguiriyas, bulerías, fin de fiesta y despedida hasta el año que viene si Dios quiere.