Texto y fotos: Estela Zatania
Homenaje a Moraíto Chico
Sábado, 30 de junio, 2012. 2230h. Colegio Salesiano, Utrera
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Cante: José Mercé con Diego del Morao, Aurora Vargas con Diego Amaya, Mari Peña y Jesús de la Frasquita con Antonio Moya. Baile: Manuela Carrasco. Cuadro jerezano: Enrique el Zambo, Fernando Soto, José Gálvez, Felipa del Moreno, Mercedes Pantoja, Carmen Jiménez, Chícharo, Rafa, Eléctrico, Fernando de la Mini. A casi un año desde su prematura y muy dolorosa desaparición, los homenajes al Manuel Moreno Junquera siguen ofreciéndose. Tan querido, tan admirado por el brillante aroma jerezano de su guitarra, por su entrega y por su cariño y humanidad. Y tantas palabras, no quedan palabras ni han bastado nunca para describir una ausencia profundamente sentida a todos los niveles de la afición flamenca. La edición número cincuenta y seis del Potaje Gitano de Utrera, el más antiguo de los festivales flamencos, fue dedicada a Moraíto Chico, y para la ocasión se dejó a un lado la costumbre de años recientes de llevar a un personaje mediático para llenar el mayor número de asientos…no nos olvidemos que el Potaje es un festival con fines benéficos. Esta vez, con un cartel sumamente flamenco y sin concesiones, mil ochocientas entradas fueron vendidas, y sendas cucharas de madera repartidas para consumir el tradicional potaje de frijones. El compañero Antonio Ortega que se encargó magistralmente de presentar el acontecimiento, empezó recordándonos de diversas efemérides y apuntes necrológicos. Además de los veinte años que se cumplen esta semana desde que nos dejara Camarón, desde primeros de año hemos perdido a Enrique de Melchor, Martín Revuelo y Pepe Perejil. Ortega también recordó la ausencia de dos figuras emblemáticas de Utrera que dejaron sus respectivas marcas indelebles en el cante de esta localidad; son veinte años desde el fallecimiento del Perrate de Utrera, y el 12 de junio se cumplió el centenario de la muerte de Merced la Serneta, enterrada en Utrera, el único lugar del territorio flamenco que recordó la fecha con diversos actos conmemorativos. Pero esta noche todo iba para Moraíto. Los primeros en romper el aire de la campiña, fueron los hermanos utreranos Jesús de Frasquita y Mari Peña, con la estupenda guitarra de Antonio Moya que aportó su característico toque teñido de Utrera, Lebrija y Morón encontrando el punto idóneo entre los sonidos clásicos y actuales. Unos tientos en voz de Jesús, un cante que en Utrera adquiere el peso de cante grande gracias al legado de Gaspar de Utrera, y después, soleá de un sabor inconfundible interpretada por Mari al compás ondulante que es el sello de Utrera. El mismo compás que luego sirvió para unos fandangos. La despedida fue bulerías romanceadas con el baile siempre deliciosamente sincero de Carmen Ledesma. A continuación, Aurora Vargas con el subestimado guitarrista cordobés criado en Jerez, Diego Amaya. Aurora cantó cantiñas para abrir, en lugar de sus habituales alegrías de Cádiz, soleá, tientos tangos y bulerías. Pocas sorpresas en el repertorio, pero siempre la sorpresa de la personalidad expansiva de Aurora. Guapa en su madurez, con los años su voz va adquiriendo matices que suavizan el decir, haciéndolo más hiriente y emotivo. Fue proyectado un excelente audiovisual para desglosar la personalidad y trayectoria de Moraíto, incluyendo declaraciones del mismo que nos dejaron a todos con el nudo en la garganta. Un cuadro de artistas jerezanos ofrecieron una especie de homenaje cantado, con la destacada participación de Diego del Morao a la guitarra y el cante de Enrique el Zambo, el más festero de los Zambos, con bulerías y más bulerías para atenuar el dolor del recuerdo. En los actos de homenaje participaron diversas personalidades incluido el señor alcalde de Utrera, familiares de Moraíto y el bailaor Antonio el Pipa, visiblemente emocionado.
Dos máximas figuras llenaron la segunda parte. José Mercé, compañero artístico y amigo inseparable de Moraíto no pudo faltar en este sentido homenaje. Antes de empezar el primer cante declaró: “esta actuación va dedicada al guitarrista para cantar más grande de todos los tiempos”. Con el hijo de Moraíto a la guitarra, interpretó soleá con algún fandango, alegrías y unas siguiriyas con especial entrega que provocó los aplausos del numeroso público, antes de terminar por bulerías. Increíble la constancia de este hombre, pocos cantaores ofrecen tanta garantía. Su intervención resultó algo corta de duración…había saltado las malagueñas que suele interpretar…y hubo silbidos. Será trillado todo lo que quieras decir que Manuela Carrasco es la diosa del baile flamenco, pero si todos lo decimos, por algo será. Elegantemente racial, contundente en el compás. Austeridad, seriedad, flamencura, aplomo, intensidad, poderío, entrega y un instintivo buen gusto…estas son las palabras que apunté mientras miraba a Manuela, una señora que desprende el elusivo duende hasta en el aire que respira. El excelente cuadro incluía al Choro y Rafael de Carmen en el baile, las guitarras de Joaquín Amador y Miguel Iglesias y las voces de Enrique el Extremeño, Pepe de Pura, y Emilio Molina. Y así, bien despachaitos de frijones, emociones y ‘ange’, a las cuatro de la mañana llegó a su fin el venerable Potaje de Utrera de 2012.
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