Joaquín Grilo y José Valencia son trabajadores de la cultura. Artistas con memoria.
Me cuentan que en Sevilla no ha gustado este montaje “Cucharón y paso atrás”, no sé lo que significa eso: 1) puede ser que a los críticos no les haya gustado ¡ojú! y 2) puede ser que los que no han apreciado el espectáculo sea al público; que no creo porque casi nadie hace encuestas a la salida de una obra.
El Poeta Ortiz Nuevo fue el que inventó la Bienal que fue rebautizada posteriormente como la Vietnam (vean la peli “Apocalipsis now” y ya me dicen si les gusta el olor al napalm por la mañana), el caso es que uno llega a los teatros del Canal con una jaqueca de espanto y se agradece que el bailaor salte al escenario en alpargatas. Joaquín Grilo baila con la hoz de la siega y más tarde con el martillo de la fragua. No creo que tenga un mensaje ideológico y/o simbólico más allá de hablar del mundo del trabajo, del campo y de las minas que se ilustran con unas proyecciones de unos dibujos de época donde aparece mucho sufrimiento y mucho sudor acompañado por los cantes de José Valencia que vienen al caso. Ya saben, cantes de trilla o compás de martinete que hacen que la narración sea literal, sin abstracciones, ni batas de cola.
No creo que sea un canto a la revolución, salimos del teatro con ganas de comernos un bocata y tomar un vino con los amigos, no como aquel Joaquín Sabina en sus lejanos tiempos rebeldes en que se liaba a ladrillazos con el banco de la esquina el-muy-anti-capitalista. Y creo que no es un canto a la revolución porque no salen señoritos, quizá por eso no gusta en Sevilla, porque no salen.
Joaquín Grilo es uno de mis héroes flamencos desde que grabó en el primer disco en solitario de Chano Domínguez una pieza de Thelonius Monk otro de mis héroes del jazz, eso significa que Grilo tiene mucha música en los tacones, en este caso la alpargata nos resulta un poco triste a la hora de comunicarse con el tablao, así que tardamos un buen rato en escucharle los pies a Joaquín Grilo que es la razón principal para ir verle. No es la única razón porque en 2021 estrenó “Alma” una superproducción en todos los sentidos especialmente en eso, en los sentidos de sentir.
Joaquín Grilo, golpes en el pecho, masajes en los pies – Revista DeFlamenco.com
Del trabajo a la taberna y ahí se enfrentan Valencia y Grilo, frente a frente, nariz contra nariz, como en un duelo de esos de Sergio Leone con música de Morricone, salvo que aquí la música empieza con los nudillos y sigue en los tacones de Grilo que, imponente, sostiene el pulso del cantaor con más recursos que nunca que se saca de encima la ropa de trabajo y aparece en la procesión de semana santa cantada por Carmen Grilo y después al tabanco a reponer fuerzas y meter el cucharón en el potaje compartido que, adivinen ustedes, acaba en una fiesta por bulerías donde Joaquín Grilo tiene un suspiro de descanso mientras todos se dan su pataita hasta que aparece el sumo sacerdote que -miren ustedes- me ha sacado el dolor de la cabeza a taconazos. ¡Ojú!
ENTRE EL SER Y EL HACER
Juan Vergillos expuso en un festival de jazz-flamenco donde coincidimos en Jerez que hay dos clases de actitudes en el baile flamenco. Una escuela cuya máxima expresión consiste en SER y otra representada históricamente por Carmen Amaya cuyo estilo se fundamenta en el no parar de HACER. Lamento no poder trasladar la poética original asociada a esta tesis, pregunten a Vergillos. Total que Joaquín Grilo no ha parado de bailar en la hora y media que ha durado el espectáculo, lo cual le coloca en la categoría de Stajanovistas con arte, un trabajador de la cultura. Un héroe con tacones y alpargatas.
Fotografías & vídeo: @manjavacas.flamenco
CUCHARÓN Y PASO ATRÁS. Teatro Canal. Estreno en la Comunidad de Madrid
Joaquín Grilo, baile
Francis Gómez y José Tomás, guitarra
Con la colaboración especial de José Valencia y Carmen Grilo al cante
Joaquín Grilo, idea original, dirección artística y coreográfica
Joaquín Grilo y Faustino Núñez, dirección escénica, guión y selección de cantes y letras
Francis Gómez, dirección musical
Joaquín Grilo, idea escenografía
Marcos Serna AAI, diseño de iluminación
Nuria Figueroa, diseño de vestuario