La cálida elegancia de David Carpio

David Carpio - Solos

David Carpio - Solos

Texto: Estela Zatania

Fotos: Jean Louis Duzert

FESTIVAL DE FLAMENCO DE NIMES
David Carpio «Solos»
Jueves, 18 de enero, 2018. 20h. Odeón, Nimes (Francia)

La cálida elegancia de David Carpio: a ver quién se resiste, siendo…flamencófilo

Cante: David Carpio. Guitarra: Manuel Valencia. Contrabajo: Pablo Martín Caminero. Colaboración especial en baile: Manuel Liñán

En el café cantante Odeón de Nimes, anoche ha seguido a compás el Festival de Nimes con una obra que se estrenó hace tres años en Jerez.  

David Carpio, jerezano, serio y comprometido como pocos de su generación.  Qué alivio no detectar en él las ansias de “pegar el pelotazo”, como dicen actualmente, que otros artistas jóvenes apenas intentan disimular.  Porque en David vemos el sincero deseo de servir al flamenco que trata con el mayor respeto, con conocimientos, cariño y orgullo.  Sería absurdamente injusto achacar su talento al ADN, que si los Mijita, que si los Montoya, etc., que tanto pesa en Jerez, siendo la elevada calidad de este cantaor emergente un triunfo personal que nadie puede poner en duda.

Una de las críticas que más se escuchan acerca de los artistas jóvenes, es que carecen de personalidad propia.  Y vale, empiezas aprendiendo del que más te inspira, y luego toca la tarea de deshacerte de aquel inconfundible deje.  En este sentido, David Carpio, a la vez de cantar muy jerezano, tiene una personalidad absolutamente suya.  Y estas admirables características, seguramente han contribuido a que Gerardo Núñez lo arrimara a su privilegiado círculo, lo cual le aportó al cantaor un universo de aprendizaje al lado de tamaño maestro.

“Solos”, está en la frontera que separa un recital de cante al uso, de una obra.  David no se dirige verbalmente al público, sino que reivindica el escenario como su espacio particular, y sigue un guion cuidadosamente montado de movimientos y transiciones dignos del mejor teatro.  Esa sutil diferencia pudo haber restado calor, pero gracias al buen gusto, y la aportación de los compañeros, el resultado es una pequeña joya, sin baches ni costuras.

Soleá a palo seco para abrir, y van colocándose el contrabajista Pablo Martín, el guitarrista Manuel Valencia y el bailaor Manuel Liñán; en inglés se diría un “dream team”, equipo de ensueño.  Cada uno, entre los mejores de sendas especialidades.  Van construyendo la soleá, trozo por trozo, delante de nuestros ojos.  David mastica el cante, enviándolo por su cabeza, nariz y boca varias veces antes de soltarlo, Pablo es un showman que toca su instrumento como juguete polivalente, Manuel Valencia pone su fina sensibilidad contemporánea jerezana, y Manuel Liñán traduce todos estos elementos en movimiento.

Entre otros cantes, Carpio canta malagueñas a su manera, y unos fabulosos tangos, un palo que no suele prodigarse en Jerez, a palo seco, con el compás en el aire y Liñán poniendo esa chispa que poseen los granadinos en el tiempo del cuatro por cuatro.  Una pieza instrumental de guitarra y bajo aprovecha los contrastes entre contundente y lírico, disolviéndose en una bulería valseada.  

David entonces conmueve a los presentes con la sinceridad de su decir por siguiriyas, que nos conduce a tonás a lo Mairena y el baile de Liñán en un hermoso diálogo artístico.  Para casi terminar, los cuatro intérpretes abandonan sus puestos disimuladamente, de uno en uno, sin saludar, pero vuelven para las inevitables bulerías donde el cantaor repite varias veces aquel famoso verso, medio chistoso, medio contestatario (como tantos versos de cante): “Una gallinita en medio de un llano / a ver quién se resiste, siendo gitano».

Fotografías

 


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