Jueves, 28 de julio, 2005.
Baluarte de la Candelaria, Cádiz.
Cante:
Mariana Cornejo, Cancanilla de Marbella, Yeyé de Cádiz,
Miguel Rosendo
Guitarra: Antonio Jero, Pascual de Lorca
Piano, cante, baile: Reina Gitana y su grupo
Palmas y jaleos: Pedro de Chana, Diego Montoya
Texto y fotos: Estela Zatania
El jueves, 28 de julio, el ciclo “Jueves Flamenco”
organizado por la Peña Enrique el Mellizo ha incluido
en su vigésimo tercera edición “¡Por
alegrías!”, un bufé de tres voces gaditanas,
una de la costa malagueña y una joven pianista jerezana.
Miguel Rosendo, uno de los cantaores más solicitados
para el atrás de las grandes compañías,
tuvo su oportunidad p’alante en su tierra natal. Con
el acompañamiento de Pascual de Lorca recordó
el sabor autóctono inconfundible por alegrías,
dejó sonar su hermosa voz flamenca por siguiriyas con
el fraseo corto que tanto nos gusta a los aficionados, cantó
por bulerías sonando tanto a Jerez como al gaditano
Juan Villar, fandangos que entraron bien incluso fuera del
micro y tonás para terminar. Quizás optando
por lo seguro no llegó a su habitual intensidad, pero
la actuación fue totalmente digna.
Cancanilla de Marbella con Antonio Jero
Con su bastón blanco, una
bonita estampa y declaración de intenciones
Antonio López Olmo, el Yeyé de Cádiz,
ha subido a la superficie después de muchos años
de profesión sin que su nombre significara gran cosa
para la afición. El año pasado en el concurso
de Córdoba se llevó el premio Camarón
de la Isla, unos meses después grabó un respetable
CD con Pedro Sierra y ahora vuelve triunfal a su Cádiz
natal para demostrar su gran capacidad y veteranía.
Arranca en solitario, a palo seco, por tonás, con su
bastón blanco para una bonita estampa y declaración
de intenciones. Con una voz convenientemente rozada por los
años y el acompañamiento de Antonio Jero siguió
por soleá no sin antes comentar el gran placer que
le producía cantar en su tierra. “Tocan a rebato…”,
“Se lo peí esta mañana…”…el
viejo Aurelio escuchaba contento desde algún lugar.
“Soy gaditano hasta la médula” declara
el cantaor y lo demuestra a continuación con su interpretación
de unas alegrías clásicas, tanguillos y bulerías
de Cádiz.
Un cambio de rutina con Rosario Lazo Montoya, “Reina
Gitana”, pianista flamenca en la línea de Felipe
Campuzano, Dorantes o Pedro Ricardo Miño, con la novedad
de ser la primera hembra en realizar dicha especialidad. Vino
acompañada de su grupo: José Manuel Delgado
a la guitarra, el cante de Manuel Soto, la percusión
de Francisco Jesús Santos, el baile de Miguel Ángel
Morales y Rocío Romero, el violín de Sofía
Owaren y la flauta de Cecilia Menacho. Pero la protagonista
absoluta es Rosario con su despampanante pinta de gitana –
pelo negro y rizado y vestido rojo eléctrico con cinturón
de moneditas doradas, parece una muñeca de las que
se colocan encima del televisor. Su piano es agresivo y flamenco
con momentos dulces y evocativos por bulería, tangos,
bulería romanceada, una fantasía por siguiriya…
La cosa decae un poco con el violín y un largo baile
de academia, pero todo es perdonado y rectificado con el bis
por bulería.
Manzanilla fresquita, pescaíto
en adobo, el relente de la bahía, cante en el Baluarte
de la Candelaria…la experiencia gaditana por excelencia.
Cancanilla de Marbella es otra incógnita para la afición,
pero a pesar de un nombre artístico que recuerda más
a turistas forrados que a cantaores por derecho, el hombre
es un artista experimentado con repertorio largo. Con Antonio
Jero al toque nuevamente, Cancanilla dedica su soleá
por bulería a Juanito Villar que se encuentra entre
el público, y la excelente interpretación despierta
el interés de aquellos que no conocían a este
cantaor. Tientos tangos con aires a Gaspar de Utrera, y seguidamente
Cancanilla pide el permiso del público para cantar
por siguiriyas donde demuestra sus largos conocimientos. Termina
por bulerías con destellos de baile de mucho pie y
fuerza.
Hermosa estampa del Yeyé de Cádiz
Redondea y clausura la velada la Shirley Temple de Cádiz,
la favorita de todos los gaditanos, Mariana Cornejo con la
guitarra de Pascual de Lorca. Mete al público en el
bolsillo con un exquisito surtido de bulería de Cádiz
y cuplé antiguo, “chuflillas” como dice
ella, de Pericón, Manolo Vargas, “Plaza de la
Catedral…”, “Quisiera volverme yedra…”,
la cantaora simpática como ella misma. Luego el casi
olvidado cante de rosas, tocado como manda la tradición
en posición de Mi, y unas alegrías clásicas
acabando con la letra que siempre canta elogiando los méritos
de Perla, Rancapino y Camarón entre otros. Por soleá
menos acertada pero la señora no es cantaora corta,
y acaba por bulería dejando un buenísimo sabor.
Copa de manzanilla fresquita, pescaíto en adobo, el
relente de la bahía, cante en el Baluarte de la Candelaria…la
experiencia gaditana por excelencia.