JUEVES FLAMENCOS Jueves, 7 de agosto, 2008. 2230h. Baluarte de la Candelaria, Cádiz
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Cante: Manuel Moneo, Segundo Falcón, Paco del Pozo. Guitarra: Juan Moneo, Antonio Carrión, Paco Jarana. Baile: Rafael del Carmen y su compañía. “¡¡El Cante por excelencia!!” Texto y fotos: Estela Zatania La serie de siete actuaciones que compone el programa de los Jueves Flamencos en el Baluarte de la Candelaria en Cádiz, representa, aunque no se llame así, el festival de Cádiz, comparable a cualquier otro festival de verano al que tenemos costumbre de asistir. La única diferencia es que no se celebra en días seguidos, sino semanalmente, lo cual proporciona el mejor pretexto para bajar a la “tacita” con regularidad e ingerir generosas cantidades de manzanilla y pescaíto mientras disfrutamos de algunos de los mejores artistas del panorama actual.
La costumbre es de abrir con lo que se suele llamar un “joven promesa”. Con 33 años, poseedor de la Lámpara Minera de 1997 y habiendo grabado su primer disco en 1986 (sí…con once añitos), más que joven promesa, el madrileño Paco del Pozo es niño prodigio permanente. Si en Madrid los aficionados le conocen bien, sin llegar a encumbrarlo, en Andalucía es prácticamente desconocido, así que vino a Cádiz con ánimo de darse a conocer aquí abajo. Su presencia en el escenario del Baluarte fue como su presentación en sociedad para una afición exigente y con gustos e ideas bastante fijos. Con el siempre enriquecedor acompañamiento de su guitarrista habitual, Antonio Carrión, abrió con malagueña, pero no la del Mellizo, sino del Gayarrito, terminando con el fandango de Frasquito. A continuación, ofreció tientos tangos, con algún que otro estilo extremeño, y por soleá, con estilos clásicos de Alcalá, Lebrija y Utrera. Alegrías, también clásicas, pero con detalles personales, y bulerías que terminan rindiendo homenaje a Bambino. Rafael del Carmen es un experimentado bailaor que hemos visto a lo largo de los años, más habitualmente con la compañía de Manuela Carrasco. Hace virguerías con los pies, tiene un nivel técnico apabullante y pellizcos originales. Pero un exceso de energía y ganas de venderse, hacen que no logre aunar esas admirables dotes en un producto disfrutable. En Pekín podría llevarse varias medallas de oro en la especialidad de acrobacia flamenca, pero en Cádiz no convenció al respetable a pesar del buen hacer del guitarrista Román Vicenti y el cantaor Manuel Tañé. Segundo Falcón del Viso del Alcor (Sevilla), es un sólido cantaor, más conocido quizás por su cante para baile con Eva Yerbabuena, Andrés Marín y otros, pero perfectamente solvente ‘alante’. Su voz dulce despacha una plácida flamencura característica de los cantaores del interior, sin la agresividad del cante gaditano. Una malagueña de Chacón es rematada con el cante de Concha la Peñaranda en compás abandolao. Maneja bien las alegrías con cantiñas, cantes muy aptos para su voz, luego, por siguiriya logra encontrar el sendero del duende sin efectismo ni alardes, y con un aire a tiempos pasados. Bulerías respetables, fandangos incluyendo al Gloria, Alosno y uno del añorado Toronjo. Le acompañó eficazmente Paco Jarana cuya esposa, Yerbabuena, se encontraba en primera fila.
El figurón de la noche es ese viejo león llamado Manuel Moneo, cantaor que vive injustamente a la sombra de su mediático hermano El Torta. Un gran cantaor en la línea de Antonio Mairena pero con fuerte personalidad propia…y poca modestia: “he venido trempanito, pero siempre me toca cerrar…soy de los pocos puritos”, y vale, Manuel, tienes razón y derecho. Por soleá, pausado y sustancioso, algunos momentos fuertes. Por siguiriya con estilos de su tierra es simplemente tremendo, y el público le jalea extravagantemente: “¡eres el único que queda, los demás son ojana, Manuel!” Por fandangos no rompe, y por bulería, es sorprendentemente cortito hoy, a pesar del atrás familiar, pero la siguiriya ha valido el viaje. |