Texto & fotos: Estela Zatania
Jueves, 4 de agosto, 2016. 2230h. Baluarte de la Candelaria, Cádiz
La receta del verano: tortillitas de camarones con pellizquitos de cante en los Jueves de Cádiz
Cante: David Palomar, Samuel Serrano, Melchora Ortega, Regina de Huelva.. Guitarra: Pascual de Lorca, Rafael Rodríguez «Cabeza», Paco Cortés, Paco León, Juan Moneo. Baile: Titi Flores y su grupo. Palmeros: Roberto Jaén, Tate Núñez, David Peña, Manuel Vinaza.
La noche de jueves, 4 de agosto, marcó el ecuador de la serie estival del flamenco gaditano en su trigésimo cuarta edición. Los Jueves Flamencos, organizados por la peña flamenca Enrique el Mellizo, atraen siempre por su bella ubicación al lado del mar, la gastronomía, y cómo no, el surtido de artistas que pasan por su gran escenario.
Melchora Ortega abrió la velada con palabras para el recién desaparecido cantaor, José Menese, antes de ofrecer su cante temperamental con arranque jerezano, y su sabroso baile descalza, toda una estampa de flamenquería. Le acompañó el guitarrista Pascual de Lorca, jerezano adoptivo, siempre una garantía de buen gusto y capacidad.
La onubense, Regina de Huelva, nos cambió el chip con su dulzura por milonga y granaína, además de soleá por bulería y fandangos de su tierra, dedicados a la memoria del Lebrijano, de José Menese y de Onofre López, defensor del flamenco de Huelva. Un lujo poder disfrutar de la guitarra del maestro granadino, Paco Cortés.
El apartado del baile fue cubierto por el arcense el Titi y su grupo que interpretaron siguiriyas y alegrías.
Después del descanso, el joven cantaor de Chipiona, Samuel Serrano, con Paco León, fresco y original a la guitarra, nos dio una dosis intravenosa del cante que duele bien. Samuel ha logrado templar cierto exceso de energía del que pecaba cuando lo vi por primera vez en este mismo escenario en el 2011, y ahora su decir masticao luce matices exquisitos, con el punto oportuno de locura de la buena. Potente y solemne por soleá, sustancioso por fandangos, intenso y esencial por siguiriyas. El empaque de los clásicos, con un hervor en el caldo nuevo.
David Palomar, tan querido en Cádiz…y fuera de Cádiz…redondeó la noche magistralmente. Ni sus zapatos de charol rojo eléctrico pudieron competir con el brillo de la personalidad expansiva del cantaor. Bulerías lentas, estilo años setenta, con cantes de Juan Villar y Luis de la Pica entre otros, y en un tirititrán, nos entregó Cádiz en bandeja por alegrías y cantiñas. En las siguiriyas, el guitarrista Rafael Rodríguez «Cabeza», versionó falsetas clásicas, y cuando tenías el gusto tan colmao, la noche quedó más que redonda con un popurrí por tanguillo, inspirado en Chano Lobato, entre copas de manzanilla, tortillitas de camarones y el simpático baile de David.