Texto: Sara Arguijo
Fotos: Remedios Malvarez
Arroyo de la Miel
Guitarra: Juan Requena Artista invitado: Pedro el Granaíno Percusión: Paco Vega Bajo: Julián Heredia Voces Flamencas: Los Makarines – Jueves flamencos de Cajasol – Sala Chicarreros – 26 de noviembre
El discurso de los matices
Probablemente Juan Requena no recuerde las veces que ha pisado las tablas de este ciclo junto a los artistas que habitualmente acompaña, pero estamos seguros que ésta permanecerá en su memoria por ser la primera donde se ha expresado “libremente”.
Es decir, el guitarrista malagueño, que se hizo con el Giraldillo al Toque de Acompañamiento en la Bienal de Sevilla 2012, se presentaba por primera vez como absoluto protagonista para contar su discurso propio. El que recoge Arroyo de la miel, su primer trabajo discográfico en solitario que sacó a la luz este mismo año.
Ha querido además la casualidad -imposible coordinar el calendario cultural con tanta oferta- que su concierto tenga lugar en una semana en la que la guitarra ha sido la protagonista de la programación flamenca de esta ciudad. Primero con Rycardo Moreno en el Teatro Quintero, después con Rafael Riqueni en el Teatro Maestranza y ahora con este Requena en Chicarreros. Ahora que lo pensamos, un erre, que erre y que erre que dibuja las posibilidades musicales de este instrumento y que muestra los infinitos universos que ofrece al flamenco.
La de Requena, en este caso, es una guitarra difícil, ecléctica, introspectiva. Su toque proviene de la rabia, de la búsqueda, y no hace, por tanto, concesiones ni busca lo amable. Su amplio repertorio de taranta (uno de los mejores momentos de la noche), soleá, bulerías, rondeñas, tangos, seguiriya, granaína … le permitió dar muestra de su capacidad rítmica y de su sentido del compás pero también de sus exploraciones por las melodías y de su rupturismo, buscando con ímpetu notas en el mástil. Digamos que en Requena los palos suenan a lo que son pero con aportaciones personales, sorpresivas.
Es cierto que en algunos momentos el recital se hizo algo frío pero ganó intensidad con la colaboración de los músicos, donde destacó el bajista Julián Heredia creando una atmósfera especial y llena de pellizco. Y, desde luego, se vio el efecto inspirador que para el malagueño tuvieron las preciosas voces dulces y contenidas de Los Makarines cantando los versos de la guitarra en la Evocación a Lorca. La rompedora granaína desgarrada y las seguiriyas rotundas de Pedro El Granaíno. O los tangos y las bulerías con toda la formación donde se vio al Requena con todos sus matices.