Josemi Carmona debuta como cabeza de cartel en la suma Flamenca
Se acabó el ciclo de la suma flamenca en el teatro de la Abadía con “Acordes de Madrid” el primer proyecto en solitario de Josemi. Lleva toda la vida como secundario mostrando su talento en proyectos colectivos. Le compraron su primera guitarra cuando vieron que ponía las manos en la de juguete, como su padre: Pepe Habichuela; desde entonces no ha dejado de crecer con Ketama y con docenas de proyectos, se convirtió en el escudero de su progenitor con el que compartía las heterodoxias de Enrique Morente y la certezas del toque de los Habichuelas.
Se sienta Josemi en la Abadía y ves pasar una de las bandas sonoras de tu vida, no es una película estática, se va renovando con cada nota, con cada falseta. En un instante te das cuenta de que no es un concierto más, Josemi me acaricia las entendederas con una melodía que viene de lejos; y lo hace sin correr, probablemente es el guitarrista más lento de los últimos 40 años.
Sigue solo en la siguiente composición que comienza con una del “Shongay 2” el disco en el que compartió sonrisas con Toumani Diabate y con Basekou Kouyate, dos imprescindibles de Mali y de África, saltó de una melodía a otra y de ahí a la “granaina” para honrar a los ancestros con su padre y su madre presentes (y cumpliendo años uno de los dos). Le hizo un guiño a Pepe y Enrique (Morente) que no alcancé a situar porque la voz de Rafita de Madrid me trasporta a otro tiempo cuando se abusaba de la “revert”.
Josemi presentó a Rafita de Madrid como un grande y el cantaor tuvo momentos de inspiración absoluta. Como Bandolero que ha encontrado un set de percusión que es como el de las orquestas sinfónicas y lo utiliza con oportunidad y un magisterio encomiable, sin que sobre un detalle o un golpe. Apareció Yarel Hernández, un bajista cubano que conecta con el continente americano, otra perspectiva que lleva a Josemi a ser el artista que camina por el mundo traspasando fronteras de todo tipo.
Cuesta trabajo pensar en un guitarrista flamenco y no mencionar a Paco de Lucía, ahí estrenó en directo la pieza “Alma de Lucía” que hizo para un homenaje producido en 2015 por Javier Limón. Los músicos se quedan cortos al hablar de Paco. Josemi lo recordó como el mejor guitarrista del planeta y todos nos quedamos conformes y de acuerdo. Ahí se lució Yarel emulando a Carlos Benavent y Alain Pérez por un camino distinto. Llamó a sus primas para que cantaran al unísono y le salió una pieza muy gitana y muy rumbera, un estilo que apenas han explorado los flamencos de Madrid, y que se remonta a las Grecas y conduce hasta las Negris y los estribillos memorables que se construían en el baño de señoras de la sala Caracol a mediados de los años noventa del siglo pasado.
Tras el impacto se impuso la pausa y entonces brotó la melodía de las melodías, el “Moon river” de Mancini que ilustra la primera secuencia de “Desayuno con diamantes” con Audry Hepburn frente al escaparate de Tiffanys según el memorable relato de Truman Capote que consigue que cualquier merienda sea recordada como magistral.
Le pidió permiso al padre para retomar “Yerbagüena” de aquel disco que hicieron con la gente de Bollywood y nos quedamos con una sensación de plenitud… y una sonrisa que no abandonamos hasta que llegó el momento de engullir el bocata de la merienda.