Sara Arguijo
Fotos: Marjon Broeks
Nombre: En Directo Cante: José Valencia Guitarra: Juan Requena y Manuel Parrilla Palmas: Bobote, Juan Diego y Manuel Valencia Artista invitado: Antonio Canales Lugar: Muziekgebouw (Ámsterdam) Ciclo: Bienal de Holanda Fecha: viernes 27 de enero Aforo: Lleno
“José (Valencia) ya era viejo desde chico”, le contaba Antonio Canales a los interesados espectadores que acudieron al encuentro con los artistas tras el espectáculo. Casi seguro un sabihondo que lo absorbía todo y en todo ponía el oído. Sabemos, además, que se ha pasado la vida recorriendo escenarios de todo el mundo junto a las principales figuras del baile. Y lo hemos visto abanderando fielmente el cante ortodoxo y asumiendo arriesgados proyectos contemporáneos en los que nunca le ha temblado el pulso.
Por eso, decía Canales, estar orgulloso “de haber sido esta noche el fiel escudero del mejor de los Quijotes que hay en el cante ahora mismo”. También por estas razones, aunque puede que las desconocieran, el público que llenó el Muziekgebouw de Ámsterdam salía impresionado de su ‘Directo’. “Me parecía un cantante de Ópera”, contaba una asombrada asistente a las puertas del teatro, “y me gusta mucho cómo mira”, añadía dejando ahora sin palabras a una servidora.
Es decir, son innegables las extraordinarias cualidades vocales del artista, su poderoso torrente, su técnica y su perfecta afinación, su capacidad para modular… pero realmente lo que removió a los holandeses en sus asientos fue su enorme fuerza escénica. La seguridad con que canta, la intención con que proyecta las letras, su firmeza y su descaro. La confianza que se tiene cuando uno sabe de sobra qué se trae entre manos. “Nosotros somos hilos conductores que tratamos de transmitir a la gente cosas hermosas y que se lleven a sus casas otra percepción de la vida”, explicaba.
Así, Valencia no paró de cantar durante la hora y media del recital que le sirvió en la Bienal de Sevilla de 2014 para grabar su disco ‘Directo’. Encadenó en la presentación pregones, tonás, fandangos, bulerías y seguiriyas y le dio a prácticamente todos los palos: soleá, granaína, bulerías, alegrías, tangos, abandolaos… Ahora sentándose en la silla con el toque de solera del jerezano Manuel Parrilla, ahora paseando por el escenario y señalando con el dedo, ahora golpeando con los nudillos una mesa con el compás de Bobote, Juan Diego y Manuel Valencia, ahora dejándose inspirar por la creativa y brillante guitarra de Juan Requena, que estuvo genial toda la noche y arrancó aplausos con sus rasgueos.
Y, como no podía ser de otra forma, Valencia se rompió también para cantarle a un Canales pasional y vehemente que desató la locura entre el público –y silbidos propios de conciertos de rock- con su expresividad, su naturalidad y su forma de servir el baile sin composturas.