Jorge Pardo estrena “Duende Madrid” en el festival de arte sacro
Jorge Pardo ha regresado de una gira por Argentina y Brasil con paradas en Nueva York y Boston… y con una semanita de ensayos ha estrenado en el Festival de Arte Sacro (FIAS) el espectáculo “Duende Madrid” subtitulado como “El viaje del alma” narrado en las notas al programa como “la crónica que arranca en las cuevas del Sacromonte y los campos de Granada, donde los moriscos, expulsados de sus ciudades, se encuentran con las primeras comunidades gitanas que llegaban a la península desde el oriente”.
Jorge aparece con la flauta y comienza a tocar una pieza de J.S. Bach a contratiempo con la ayuda de Bandolero, ya saben que Bach escribía de encargo para iglesias y catedrales. No es la primera vez que los artistas se han refugiado en los espacios sagrados y muchos flamencos han hecho lo mismo: desde El Mellizo a Enrique Morente. Hay que añadir que muchos gitanos se han criado espiritualmente en los garajes donde se celebra El Culto lo cual ha influido decisivamente en los códigos sonoros que se aprecian en la música urbana gitana de hoy. Pero hay que señalar que el principal viaje (real y metafórico) de la historia del flamenco se ha hecho en barco, recuerden el regreso de Silverio Franconetti de Uruguay, los viajes de Carmen Amaya y Sabicas a las américas, y las narraciones contenidas en los libros “Mil y una historias de Pericón” de Ortiz Nuevo o “El flamenco en América” de Faustino Núñez.
Sobre el escenario seis músicos excepcionales entonan unas alegrías que te acunan los oídos y el gusto con sabor a sal. Nuevas composiciones y nuevos arreglos que el público que llena la sala roja del teatro del Canal aplaude en cada intervención, eso nos permite intuir que el respetable tiene experiencia en el jazz y las artes improvisadas que se desarrollan en bares y tugurios.
Aquí volvemos a las notas del programa: “La historia del viaje que el flamenco hizo desde su cuna andaluza hasta Madrid escapando del hambre… El viaje del alma es la historia de cómo el flamenco, en las calles de Lavapiés, en los tablaos del barrio de Las Letras, en las pensiones de La Latina se encontró con otras músicas y gracias al espacio que le brindó Madrid, se hizo del mundo”.
Y en esas Jorge Pardo me cuenta que su primera gira con Paco de Lucía acabó en Brasil. “Era joven y soltero, conocí a Hermeto Pascual y a los de su tribu… y me hubiera quedado a vivir en Río si no fuera porque Paco me localizó para hacer una gira por Japón”. Sobre el escenario Tino di Geraldo y Bandolero tejen los compases de un samba que crece majestuoso para que se mueva el bullarengue del planeta entero. Y eso nos recuerda la conferencia ofrecida hace unas semanas por Chema García Martínez en la Casa de América en la que narraba la reacciones de las brasileñas al ver los bailes gitanos “de la poca vergüenza” que aparecen en el documental “Triana pura y pura” (Ricardo Pachón).
-Son como nosotras, dijo una carioca al ver a las abuelas gitanas moviendo el culo al compás que más calienta.
-¡Somos nosotras!, corrigió la del lao.
Hoy esos bailes han vuelto con artistas como Pastora Galván mientras que están por realizarse los análisis de ADN que reflejen lo evidente, que el samba es hijo de mil madres, la mayoría de las cuales son negras y hay algunas gitanas. Residente, el de Calle 13 tan tatuado y tan blanquito, hizo un disco con el resultado de su ADN que delataba orígenes africanos, europeos, orientales, nativo norteamericano y hay que añadir que cuando era niño, su madre le bailaba flamenco.
A la tercera vuelta del samba “Madrid vía Magueira” empezó a quedar claro que aquello era una suite hipnótica que podía durar toda la noche y que el protagonismo pasaba de músico en músico hasta llegar al vibrafonista Ton Risco al que le cuesta trabajo definir su estilo entre la clásica y el jazz, ha estudiado en un conservatorio de Holanda y según sus palabras “Jorge Pardo me ha abierto una puerta al mundo flamenco que me interesa mucho”.
Dicho y hecho, encontraron la puerta de salida al samba cambiando sutilmente el compás por el de unos tanguillos gaditanos que nos trajo a la banda de vuelta a casa. Después de una soleá cocinada a fuego lento, dejaron solo a Juan Habichuela Nieto que se acordó de la Zambra que interpretaba el abuelo que figura en su mismo nombre… y ya saben -ustedes/vosotros- lo bien que suena el flamenco clásico cuando te acabas de bajar del barco.
Creo que fue en las bulerías cuando apareció la bailaora Saray Fernández con un vestido negro de lunares coloraos por la viceversa (vean las fotos) que arrancó oleadas de aplausos por los pies (leasé tacones) y a la que le costó entrar en el universo viajero y experimental de la banda. Recuerden lo que hizo Nino de los Reyes en la última gira de Chick Corea: se quedó en escena tocando percusión menor para no perderse el ambientazo del escenario.
La banda puede parecer una reunión de estrellas que intercambian y construyen sabidurías nuevas que surgen y superan lo que han ensayado. Ese es el espíritu que aporta Jorge Pardo y que ha trasladado a docenas, centenares, de músicos con los que ha colaborado. Eso fue lo que trajo el barco de regreso a Madrid con un gallego que toca el vibrafono, un asturiano a la batería, un percusionista de Carabanchel, un contrabajista de Vitoria-Gasteiz y un guitarrista de Granada. No volverán a hacer un concierto como este. No pienso perdérmelo.
Vídeo & fotografías @Manjavacas.flamenco
DUENDE MADRID. Sala Roja Teatros del Canal. FIAS Festival Internacional de Arte Sacro. Madrid.12 de marzo 2024.
Jorge Pardo | flauta, saxo tenor, composición y dirección musical
Juan Habichuela Nieto | Guitarra
Pablo Martín Caminero | Contrabajo
Tino di Geraldo | Batería
Ton Risco | Vibráfono
Bandolero | Percusión
Saray Fernández | Bailaora
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