Se abre el telón y una voz nos avisa de que el artista quiere “hacernos llegar, sentir y transmitir el lenguaje oculto del alma a través del baile, el misterio que, a través de él, la música concede”. Con esa premisa se desarrolla la primera escena deslumbrante (aunque iluminada a media luz).
Parece un espectáculo concebido durante la pandemia, cada músico guarda metro y medio con el compañero. El compás nace de los golpes de pecho que parece buscar el alma de los seres humanos, un latido constante que continúa con el cante de Manuel “Tañé” y Juan de la María. Magníficos en su papel secundario porque luego canta Luis el Zambo que un rato después atraviesa la escena de lado a lado entonando el martinete “las doce acaban de dar” sin portar nada más que una leve cojera, su sabiduría y su alma. Nada más eficaz que eso. El arte en movimiento.
Seguimos a media luz y seguimos deslumbrados ante el prodigio. En ese ambiente baila Joaquín Grilo, de Jerez, y también de la frontera, porque nos enseña lo clásico y lo que está un poco más allá. Aquí es donde el cronista necesita confesar que empezó a escuchar a Grilo por los pies en el primer disco de Chano Domínguez en 1992 bailando “Well, you needn´t” de Thelonius Monk. Eran los tiempos en los que el baile flamenco podía conducir a un estrellato tan rutilante como fugaz. Vi a Grilo bailar ante más de cien mil espectadores en una playa de Tenerife. No merecía la pena aquel esfuerzo cuando esas cifras te cuestan el alma. En aquella época uno en lugar de gritar ¡Ooole!, vociferaba ¡Thelooonius! Ocurrencias de juventud y el sustituto de Grilo en la banda de Chano Domínguez fue Tomasito. Desde entonces creo que he soñado con un espectáculo como este.
Aparece la guitarra de Diego del Morao y eso que su compadre Francis Gómez estaba tocando divinamente. Nos ofrece una pieza de esas que necesitas escuchar varias veces para poderte envolver en ellas y descubrir nuevas rutas por el espacio y el tiempo. Grilo baila levemente inspirado por Marcel Marceau. Luego descubriremos que Diego del Morao donde disfruta es tocando con Francis Gómez al compás de sus colegas. Pero antes aparece el grupo Planeta Jondo que se presentan como una banda de jazz con armónica, bajo y batería y que entonan un cante que podemos situar a medio camino entre Huelva y Buenos Aires. A la hora de redactar esta crónica no consigo recordar cómo baila Grilo esa pieza, por momentos parece que está a unos centímetros de bailar guaguancó como los rumberos cubanos. Lo inolvidable es lo que viene más tarde. El bailaor besa la frente de Luis el Zambo que aparece sentado en una juerga que se ha formado en una esquina del escenario. Al fondo a la derecha. El beso es preventivo, no vaya a perderse nadie. Canta por seguiriyas -¿lo he soñado?- y es para hacer una cola en el teatro, subir al escenario y besar en la frente al Zambo y en la memoría de los cantaores y cantaoras de Jerez, de la frontera y del mundo mundial.
Y de las bulerías ¿qué?
Pasa lo que pasa con el tran tran, y comienza esa maquinaria que tiene un swing brutal y contagioso que sale por las manos del Morao y del Gómez, resuena en el pecho de los palmeros, se cuela entre los piés del respetable y vuelve al escenario donde Grilo representa las “chuflas” que dieron vida a las “Mil y una historias de Pericón de Cádiz” esas en las que aquel cantaor convoca a todos los jorobados de la ciudad “para un asunto de su interés”. La juerga no descompone la estética de lo que se está contando, eso que cada uno interpreta a su manera y en la que coincidimos porque salimos del teatro como si nos hubieran encontrado el alma dormida y nos la hubieran devuelto con un masaje en los pies. Esto debería recetarlo la Seguridad Social.
JOAQUIN GRILO. “ALMA”. Festival Suma Flamenca. Teatros del Canal. Madrid. Joaquín Grilo, baile. Diego del Morao, artista invitado como guitarra. Francis Gómez, guitarra. Luís el Zambo, artista invitado como cante. Manuel "Tañé" y Juan de la María, cante. Diego Montoya, Manuel Cantarote y Alejandro Fernández, palmas. Con la colaboración especial de Planeta Jondo
Equipo técnico Joaquín Grilo, dirección artística, coreográfica, dirección escénica. Joaquín Grilo y Nuria Figueroa, idea original. Joaquín Grilo, coreografía. Diego del Morao y Francis Gómez, música. Joaquín Grilo, idea escenográfica. Marcos Serna AAI, diseño de iluminación.. Joaquín Grilo y Nuria Figueroa, diseño de vestuario. Nuria Figueroa, regiduría. Marcos Serna AAI, técnico de iluminación. Lauren Serrano y Juan Luís Vela, técnicos de sonido. Joaquín Grilo, Nuria Figueroa y Álvaro Figueroa, sinopsis. Flaco Producciones S.L., venta y distribución. Producciones S.L (Nuria Figueroa), producción ejecutiva. Flaco Producciones S.L (Joaquín Grilo), producción y management. Foto portada de Ana Palma, correspondiente a su representación en el Festival de Jerez
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