Texto: Antonio Conde
Fotos: Manuel Alarcón
3 de noviembre 2012 – Teatro Villamarta – Jerez
Artistas invitados: Miguel Poveda, Juan Moneo Lara, Manuela Méndez
Jerez de la Frontera tenía una deuda pendiente con el cantaor Jesús Méndez. Y no es porque no haya cantado en su ciudad, pues hace poco lo vimos en la fiesta de la bulería. Esta vez era diferente. Su trayectoria es ya imparable. La madurez de su cante ha crecido hasta alcanzar unos niveles que lo hacen posicionarse en la primera división del cante. Y no es para menos. Presentó en el teatro Villamarta su segundo y esperado trabajo discográfico de título 'Añoranza'. Un homenaje a los cantaores que le han marcado y de los que ha aprendido.
Al nombre de Jesús Méndez ya hay que quitarle la etiqueta de promesa, de joven cantaor y de todo lo que lo relacione con la juventud en el cante. Al menos en lo que respecta a su cante, valga la redundancia. Otra historia es su edad, que lo delata. Con diez años de carrera profesional y recién estrenado su segundo disco el plazuelero es a día de hoy uno de los mejores cantaores jóvenes que tiene Jerez, le pese a quién le pese.
Su voz ha madurado, tiene un completo dominio del escenario y lo delata su quejío 'paquero'. Lo que vimos en el teatro Villamarta, que colgó el cartel de 'no hay billetes' en los tiempos que corren, fue un espectáculo grande en todos los sentidos. La puesta en escena fue sobria, al uso; un cantaor con su grupo de músicos, palmeros, percusionistas etc. pero el resultado fue mucho mejor que la unión de los músicos.
Eso que llaman duende parecía ir y venir entre bambalinas. Había expectación. Bien es verdad que invitar al estreno en Jerez a Miguel Poveda y a Juan Moneo Lara ' El Torta' suponía un éxito garantizado, pero si alguien brilló con luz propia ese fue Jesús.
Arrancó la noche con el cante del protagonista y el piano de M. Ángel López 'Lenon' con la zambra 'Dando vueltas en la cama'. Con el acompañamiento de Carlos Grilo, Diego Montoya y Manuel Salado al compás, Manuel Valencia a la sonanta y Cepillo y Perico Navarro en las percusiones Jesús hizo alegrías con letras clásicas. Algo nervioso y acelerado se fue templando conforme pasaban los minutos. Con el sello de Chacón en las malagueñas el jerezano acabó de encontrarse y a partir de aquí fue un disfrute todo el espectáculo. El diseño en cuanto a la elección de los cantes hizo que se mantuviera la tensión durante la hora y media que duró el recital. Y este fue uno de los éxitos de la noche.
Poco tardó en aparecer el mediático Poveda para que el teatro se viniera 'abajo' cuando, con la guitarra de Manuel Parrilla hicieron un dúo Jesús y el badalonés por bulerías (La luz de tus ojos grises) para a continuación quedarse sólo Miguel y recordar a Fernando Terremoto con su 'Luz en los balcones'. Lo mejor estaba por llegar. Era la noche de Jesús y fue el protagonista en todos los sentidos.
Con Parrilla hizo taranto y dejó su sitio a Miguel Salado al toque para con la soleá de Charamusco en recuerdo a Antonio Mairena en la voz de Jesús. Era el momento de atacar los denominados 'cantes grandes' y Méndez consiguió levantar de nuevo al público con la seguiriya y la cabal de Serna.
La aparición de 'El Torta' en el escenario acompañando a Jesús por bulerías fue simplemente apoteósica. Su sola presencia causa estragos. El teatro, de nuevo, se vino abajo. Mano a mano. El ying y el yang de la bulería. No sabría decir cuál de los dos estuvo mejor, pues ambos se comieron el cante. Y si Juan cantó de bien para arriba mejor fue el hacerse sabedor de que no era su noche y que no era protagonista. Con todo el respeto que se le da a los grandes, Juan hizo lo propio con Jesús.
El minutero pasaba y se escucharon tangos y fandangos (Chocolate y Manuel Torre).
La última invitada de la noche fue Manuela Méndez. Acordándose de La Paquera recitó fragmentos del 'maldigo tus ojos verdes' y se entonó por cuplet.
El fin de fiesta estaba por llegar tanto con Manuela como con el cante de Jesús y una pincelada cantaora de 'El Torta' que se mantuvo acertadamente en segundo plano.