Texto: Gonzalo Montaño Peña.
Galería fotográfica: Remedios Malvarez.
Jueves Flamencos Cajasol
Ficha artística: Cante: Jesús Méndez; Guitarra: Manuel Valencia; Palmas: Carlos Grilo, Manuel Salado. Colaboración especial al baile: Javier Barón. El cantaor jerezano Jesús Méndez llegó a Sevilla dispuesto a romper la idea, en muchas ocasiones extendida, de que en su tierra hoy en día los jóvenes sólo cantan por Bulerías. Para ello trajo un repertorio de cantes propio de cantaor completo, de profesional del cante. Tiene las cualidades, pero además se preocupa de buscar en las fuentes más ricas para conocer los vericuetos del cante. Así, si. Comenzó retrotrayéndose siglos atrás en la memoria colectiva gitana con un romance a capella, rememorando los puertos, José “El Negro”, Ramón Medrano o “El Chozas” así nos lo legaron. Su voz busca los matices centenarios y pone al público en sintonía sacando los primeros oles de la sala de butacas, como referencia obligada pregona al estilo de su familia “Los Méndez”. El concepto rítmico de la guitarra de Manuel Valencia empuja el tiempo y le da vida a las Cantiñas, las palmas son claquetas y Jesús recorre desde Cádiz hasta Utrera dando color con los bonitos graves de su garganta. No necesita alardear de cualidades ya que estas se lucen por si solas en los momentos adecuados, como en la Malagueña que nos dejó. De abajo a arriba, bajos precisos que dan cuerpo y poco a poco busca sus notas agudas sin forzar, sin gritar todo el mundo se da cuenta de hasta dónde es capaz de llegar. No hace falta pisar a fondo por la avenida. Sobra decir que su modelo a seguir es su tía “La Paquera”, aunque él mismo sabe que puede ser contraproducente para él ( y para cualquiera) llegar a ser comparado con ella, sin embargo se nota que tiene otro maestro en Antonio Mairena, del cual cada vez saca más matices. Es curioso que la juventud cantaora actual no busque en el tesoro musical que nos dejó maestro Mairena tanto como debiera. Puede ser que indagar por ahí exija mucho trabajo y además pueda dejar al descubierto las carencias en tanto en la aptitud como en la actitud de las nuevas generaciones flamencas. Jesús Méndez tiene la voz y las ganas de estudiar que requiere la escuela “mairenera” y así lo dejó patente en la Soleá de Charamusco donde recordó al gran Antonio Cruz. De su sangre jerezana extrajo unas buenas Siguiriyas del Marrurro con Cabal del Serna incluida y unos Fandangos de su Tía “Paca”, en los que se echó adelante olvidándose del micro que le estaba dando algunos problemas y se comió al público con su magnífico torrente de voz. Como cierre y sin que esto fuera el leit motiv del recital cantó por Bulerías sacando toda la esencia no sólo de la plazuela, sino también de Santiago tomando elementos de los grandes actuales jerezanos: El Torta, Fernando de la Morena o La Paquera. Por ahí dominan lo que llaman “ Soniquete”, esa energía que te balancea allá donde lo oigas. Como colofón, el siempre exquisito baile de Javier Barón culminó un rato de buen flamenco al que desgraciadamente no estamos acostumbrados a disfrutar en los teatros. |
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