Jesús Carmona y el vértigo que nos conviene

El Salto de Jesús Carmona - foto: Pablo Lorente

Deslumbra con “El Salto” en la recta final de la Suma Flamenca

Jesús Carmona es una de las grandes figuras reconocidas de la danza universal, ha cosechado un montón de premios y además tiene un nutrido grupo de seguidores que se hacen notar durante toda la obra, un sector que parecen ansioso por encontrar un hueco para aplaudir. Lo entiendo, todo lo que ocurre en el escenario se desarrolla a una velocidad de vértigo: giros, saltos, zapateados… hasta el punto de que, llegado el momento, se recurre a la cámara lenta (y a la moviola futbolística) para repasar la obra en uno de los mejores “gags” de la historia de la danza.

Se abre el telón y los bailarines giran sobre sí mismos como derviches que han encontrado un centro de gravedad permanente. Suena música electrónica turca y los giróvagos tienden un brazo al cielo y el otro conectado a tierra. Las faldas se transforman en mantones. Aparece José Valencia, cantaor de voz de trueno que comienza a dictar el canon flamenco de los bailaores masculinos. Carmona arranca un aplauso descomunal que deja a Valencia con la palabra en la boca, cuando se disipan los entusiasmos entona la palabra pendiente: SOBRIEDAD.

La siguiente escena nos devuelve a una agitación contemporánea, el protagonista trata de buscar el camino entre una maraña de gentes sin rumbo, quizás. Hay un cabaret con gafas oscuras al fondo del escenario. Recurrimos al programa firmado por el artista: “El Salto nace del hecho personal que me hizo cuestionarme la relación con la masculinidad en el siglo XXI, tanto por parte de los hombres como de las mujeres. En la búsqueda de respuestas he ido comprendiendo de manera cada día más profunda en qué tipo de sociedad vivimos y qué podemos hacer para mejorarla, dado que algunas actitudes más sencillas o cotidianas son las que necesitan quizás un cambio”.

En la danza no hay que entenderlo todo y lo mejor de la experiencia es abandonarse a la belleza. Tenemos donde elegir con un solista descomunal, con unas coreografías deslumbrantes, con cada puesta en escena; con la música ligeramente electrónica enlatada o con el flamenco en directo de Juan Requena, guitarra; Manu Masaedo, percusión y José Valencia que conecta con los otros bailarines sin perder ni el paso ni el compás. La narración no importa, los cuadros se suceden y cuando encuentras una referencia, un detalle visual, remite a las mejores obras de nuestra memoria así que, con la atmósfera teñida de rojo, uno rememora la primera secuencia de “2001, una odisea…” de Stanley Kubrick, ves cruzar la escena a los bailarines y un flash te remite a “West Side Story”. Son ese tipo de cosas que hacen que el New York Times ponga a Jesús Carmona en la portada, mientras que nosotros nos quedamos preguntando por qué copiamos casi todo, excepto lo nuestro, lo que nos conviene.

Todo es original y lo que parece que ya hemos visto antes… es un homenaje. La dinámica te deja sin aliento incluso cuando te das cuenta que el siguiente cuadro es en el que presenta a los músicos y ahí toca aplaudir y te quedas varado en la puerta de los teatros del canal para intentar hacer la digestión de semejante banquete. Y luego que me dicen que estoy gordo.

 
 

FICHA. Jesús Carmona. EL SALTO
Teatros del Canal. Festival Suma Flamenca. Madrid

Jesús Carmona, Ángel Reyes, Rubén Puertas, Borja Cortés, Joan Fenollar, Daniel Arencibia y Juan Bravo, baile
Juan Requena, guitarra
José Valencia, cante
Manu Masaedo, percusión

Dirección artística y coreografía: Jesús Carmona
Dirección de escena y dramaturgia: Ferrán Carvajal
Música original y arreglos: Juan Requena y Sabio Janiak
Espacio sonoro: Sabio Janiak
Diseño de iluminación: Luis Perdiguero
Diseño de vestuario: Rosa García Andújar
Diseño de escenografía: Carmen Martínez
Asesoría de género: Nerea Galán

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