«El éxtasis en zapatillas de andar por casa», Javier Colina en trío

Javier Colina en trío - con Josemi Carmona y Antonio Serrano - Chalabeando - Suma Flamenca

Javier Colina en trío - con Josemi Carmona y Antonio Serrano - Chalabeando - Suma Flamenca

Derramamiento de oles y un bis

A las cinco de la tarde cayó un diluvio sobre Madrid. La mitad de los creyentes en el jazz-flamenco tuvieron que elegir entre viajar en metro o en barca. La cosa duró poco  pero algunos se quedaron en zapatillas escuchando cualquiera de las obras maestras que Javier Colina nos ha dejado en el flamenco, en el jazz, en la música africana y en la cubana. Una obra impura como el pan que comía Teresa de Jesús antes de ver a Dios entre los cacharros, ya saben que aquel pan criaba un moho que ayudaba a la causa del misticismo.

Colina ha grabado con Josemi Carmona y Bandolero dos discos (“De cerca” y “Vida”) son discos que te hacen sentir que estás en el cielo, y en pantuflas, que te acarician el alma y te hacen cosquillas, que te susurran y te calientan el cuerpo y el espíritu. Antes de que la crónica suba de tono, avisamos de que vamos a hablar de un TRÍO cuyo tercer vértice es ocupado por Antonio Serrano que acuna entre las manos un instrumento llamado armónica, un instrumento que parece que existía “en China en el año 3000 antes de Cristo. La emperatriz Nyn-Kwa poseía un instrumento de lengüeta conocido como sheng (que significa «voz sublime»)”. Ni yo, ni nadie que conozca puede dar fe de eso que pone la wikipedia. Así que nos vamos a principios del siglo XIX donde varios relojeros alemanes desarrollan los primeras armónicas . Así aparece una armónica con fuelle en 1827 y siguiendo ese principio se construyó el primer acordeón dos años más tarde.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

Pasemos de la técnica de la construcción a la teología. Cuando los clérigos y otros doctos líderes de las iglesias escucharon los sonidos del acordeón acordaron que sonaba como los órganos de las catedrales y así pensaron que sería un instrumento muy apropiado para expandir la fe en lugares remotos y embarcaron cruces y acordeones con destino a las capillas de América. Los lugareños acogieron con fervor los sonidos celestiales en los lugares de culto pero los músicos llevaron sus acordeones fuera de las iglesias y siguieron celebrando por la parte laica de la vida. Los obispos no tardaron mucho en proclamar aquello como el fuelle del infierno y prohibir su uso. Mal y tarde. Los acordeones proliferaban por bares y tabernas de media Europa. Al jolgorio se unieron los trabajadores del ferrocarril que transformaron sus concertinas en trikitixas, hoy instrumento nacional de Euskadi.

-¡Un momento! ¿no estábamos hablando de armónicas?

Las armónicas reaparecen en el blues, de nuevo la música del diablo.

ANTONIO SERRANO, JAVIER COLINA, JOSEMI CARMONA 

Los flamencos descubrieron a Serrano cuando entró a formar parte del grupo de Paco de Lucía a principios del siglo XXI. Otro instrumento nuevo que nos ofrecía el sumo pontífice de la guitarra (la flamenca y la universal). El sonido de la armónica en sus manos converge por el lado del jazz con el armonicista belga Toots Thielemans, en la música clásica con J.S. Bach (disco reciente con Pablo Martín Caminero)  en el tango y la música contemporánea del siglo XX con Piazzola y en el flamenco con todo el que quiera apuntarse; con Paco de Lucía estamos todos.  

El proceso de encaje del trío lo descubrimos en un video de Juan Laguna en el NH Recoletos Jazz. Serrano, Colina y Josemi Carmona resultan tan complementarios que cada composición se divide por tres y se comparte todo lo posible, la melodía pasa de lado a lado del trío y van jugando con ella. A la tercera composición entonaban la “Alegría de vivir” de Ray Heredia. Luego “Muñequita Linda”, “Cantiga” de Chico Buarque y una versión especialmente lenta del “Spain” de Chick Corea al que le sacan todo el jugo. Josemi aporta composiciones propias que suenan a clásicos ¡Un Chupito! Y cada vez que se propone una canción es como ver a Dios entre los cacharros. Colina parece que duerme sobre su contrabajo. Cuenta Jack Lemon en “Con faldas y a loco: “pellizco la cuerdas, a veces las abofeteo” a lo que Colina añade un masaje en la barriga del contrabajo que suena a guiro amable. Hubo derramamiento de oles y un bis. Acabamos todos en “el pozo de los suspiros” o así. 

Vídeo & fotografías: @Manjavacas.flamenco

 
 
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